En los últimos años el yoga se ha convertido en una práctica para cualquier tipo de persona que desee trabajar su cuerpo, pero también como un método de relajación, liberación de estrés y meditación.
Esta disciplina es originaria de la India y se cree que data de antes del siglo XVII a.C., aunque no se tiene un récord histórico concreto.
Debido a los grandes beneficios que tiene realizar esta práctica, el 11 de diciembre del 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga, con la finalidad de concientizar a la población mundial de las ventajas de realizar esta disciplina y también para alentar a realizar decisiones más saludables.
Este año, la celebración del Día Internacional del Yoga pone relieve el importante papel de una vida sana en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados el año pasado por los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas”, así describe el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, la importancia de este día.
Para celebrar la segunda edición del Día Internacional del Yoga, en las principales ciudades de la India se realizaron diferentes eventos, como en Chadigarh donde 30 mil personas practicaron yoga, presididos por el primer ministro indio, Narendra Modi.
Este es un día relacionado con la buena salud y ahora se ha convertido en un movimiento masivo del pueblo», afirmó Modi frente a miles de seguidores en una explanada junto al edificio del parlamento regional, diseñado por el afamado arquitecto francosuizo Le Corbusier.
Tras su discurso, en el que quiso desligar el yoga del hinduismo al sentenciar que «no es una actividad religiosa», el primer ministro, habitual practicante y ferviente difusor de esta disciplina, practicó con la multitud varias posturas o «asanas».
Aunque con actos menos multitudinarios, Nueva Delhi contó hoy con numerosos eventos en puntos emblemáticos de la ciudad, al igual que ocurrió en otras localidades indias como Lucknow, Bombay, Puducherry, e incluso otras regiones asiáticas como Bangladesh.
Fuente: Excélsior