El proyecto incluye una reproducción digital de los tapices de 14 sillas y sillones de la Sala de Pianos y nueve piezas de la Sala de Lectura del Museo Nacional de Historia (MNH), en los cuales se pueden apreciar las fábulas de Jean de la Fontaine (1621-1695).
En declaraciones al INAH, la restauradora Verónica Kuhliger explicó que el propósito es que las imágenes digitalizadas se impriman sobre una tela sintética que cubrirá la original sin dañarla, para «el mejor resguardo y protección de los tapices, que también contarán con una interfase de algodón».
Este mobiliario que fue obsequiado por Napoleón III (1808-1873) al archiduque Maximiliano de Habsburgo (1832-1867), se encuentra con poco brillo y color, además de pérdida de hilos en la urdimbre y en la trama, generados por el paso del tiempo y factores medioambientales.
Estas piezas de estilo rococó fueron elaboradas por la tapicería artesanal Aubusson, en Francia, arte inscrito en la Lista Representativa de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El juego de la Sala de Pianos, también llamada de Gobelinos, incluye un sillón borné (circular), un canapé (sillón largo), seis sillas y seis sillones individuales de madera europea e incrustaciones de metal, y tapicería tejida con hilos de algodón, lana y seda.
Mientras que en la Sala de Lectura se restaurarán cuatro sillas y cuatro sillones individuales así como un canapé; estos muebles son los únicos en México y sólo existen escasos ejemplares en Europa y Estados Unidos.
Expertos del museo, en colaboración con la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) y la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), limpiaron las maderas y metales, y aspiraron los tapices, mientras que Omar Dumaine, fotógrafo del INAH, digitalizó las escenas de La Fontaine de los muebles de las dos salas.
De igual forma, el MNH, que cuenta con más de 10 mil piezas entre prendas de vestir, sombreros, zapatos y bolsos, trabaja en un programa de rotación de la colección de indumentaria con el motivo de evitar el deterioro del material.
Especialistas del INAH informaron que con base en los estándares internacionales, un textil debe de mostrarse por lapsos breves, por lo cual determinaron que la colección permanente se mantendrá por unos años y se resguardará durante cinco.
Asimismo, la restauradora Laura García Vedrenne mencionó que también se interviene una colección gráfica sobre indumentaria, la cual cuenta con 165 láminas de la revista española «La moda elegante ilustrada».
Especificó que las litografías a color son atendidas de daños ocasionados por acumulación de polvo, rasgaduras, pliegues y ataque por hongos.
Fuente: Crónica