Por toda la ciudad natal de Muhammad Ali, los fieles acudían el domingo a misas para lamentar la pérdida del llamado «Louisville Lip», el hijo predilecto de la ciudad. Louisville también será donde se lleve a cabo el funeral del excampeón mundial el viernes, un evento que estará abierto a todo el público y que será transmitido a todo el mundo.
El padre de Ali, Cassius Clay Sr., pintor de oficio, siempre acudió a la iglesia King Solomon antes de morir hace décadas. Pintó un mural del bautizo de Jesús que todavía cuelga detrás del púlpito. Jesús y Juan el Bautista de pie dentro de un lago con el agua hasta la cintura, y una paloma blanca vuela sobre ellos.
El hermano de Ali, Rahaman Ali, llegó al lugar justo antes de la misa de las 11:30 de la mañana para unirse a los dolientes.
La reverenda Wanda McIntyre, quien ofició la misa el domingo, dijo que lo que ella más recordaba de Ali era esa famosa y contagiosa sonrisa. El boxeador iba en compañía de su padre a rezar ocasionalmente, incluso después de haberse convertido al islam, agregó. Eso le recordó a ella que él creía sobre todo en vivir la vida con tolerancia y un corazón abierto.
Ríos, lagos, estanques, arroyos, océanos, todos tienen diferentes nombres, pero todos contienen agua», dijo en su momento Ali. «Al igual que las religiones tienen nombres diferentes, y todas tienen la verdad, expresada en diferentes formas y épocas. No importa si uno es musulmán, cristiano o judío. Cuando uno cree en Dios, debería creer que toda las personas forman parte de una sola familia».
El sábado, Russ Greenleaf había planeado acudir a su sinagoga en Louisville. Pero el hombre de 59 años decidió mejor atender una misa en homenaje a Ali.
Yo pensé que Dios deseaba que yo estuviera ahí», mencionó. «Esta es la mayor alabanza, realmente, rendir homenaje a este gran hombre».
Fuente: Excélsior