Pues malas noticias para ambos. Un estudio realizado por el portal de relaciones extramatrimoniales illicitencounters.com indica que ni a hombres ni a mujeres les gustaría que su pareja hubiese pernoctado con más de 20 personas diferentes.
Parece que hombres y mujeres tienen un aspecto claro: ambos cifran el número ideal de parejas sexuales en diez. Mil personas han sido encuestadas por el site de citas sobre cuántas parejas sexuales les gustaría que hubiese tenido su nuevo amante.
Por encima de esa cifra, los encuestados consideraban la actitud como promiscua y por debajo de ella tildaban a la persona de sexualmente inexperta.
“Tener varias parejas sexuales a lo largo de nuestra vida puede aportarnos más posibilidades de desarrollar nuestro erotismo. Estamos más predispuestos a nuevas experiencias y les ponemos menos limitaciones”, indica la sexóloga Marta Pascual.
A las mujeres se nos dotó del papel pasivo como la que espera sin desesperar a ser elegida y deseada”
Sin embargo, parece que las conquistas amatorias siguen siendo consideradas cosa de hombres, pues justamente ellos se muestran cautelosos con mujeres que han tenido más de diez compañeros de cama.
“La erótica y el erotismo siempre han sido del dominio masculino. Los hombres eran los conquistadores, los que competían, los ejecutores, los que necesitaban hacer y experimentar. Mientras tanto a las mujeres se nos dotó del papel pasivo como la que espera sin desesperar a ser elegida y deseada, la parte receptiva y reactiva al deseo del hombre. Nuestro espacio era el de los afectos y el de los hombres el de los deseos”, argumenta Marta.
Otro de los aspectos que ha desvelado este informe es que queremos conocer el historial sexual de nuestro amante. En concreto, el 35% de las mujeres se mostró interesada en saber datos del pasado erótico de su pareja, un porcentaje que en el caso de los hombres desciende hasta el 30%.
Pero ¿cuándo es el mejor momento para rellenar el currículum sensual? “Parece que el acumular parejas y encuentros corporales varios está más conectado con etapas adolescentes y juveniles, pues es el momento de experimentar”, explica la experta.
Aunque son bastantes las ocasiones en las que parejas muy jóvenes se someten a la monogamia de larga duración y es a partir del desencuentro cuando comienzan a probar nuevos horizontes.
“Nos encontramos que son muchas las personas que en su madurez están viviendo lo que llamamos una adolescencia tardía. Este fenómeno resulta muy común y tiene que ver con el permitirse vivir una serie de experiencias que siempre se desearon pero no se pudieron llevar a cabo”, continúa.
Fuente: La Vanguardia