La tecnología avanza rápidamente, se adentra en nuevos sectores y expande en la sociedad. A pesar de ello sigue teniendo una barrera importante, la pantalla. Un elemento que nos separa del dispositivo haciéndolo algo externo a nosotros.
Hasta tal punto es importante la tecnología en nuestra sociedad que afecta a nuestras relaciones personales. Cada vez estamos más conectados, y si tenemos en cuenta la ultraconexión de dispositivos que nos espera en los próximos años es hora de empezar a apostar por la invisibilidad de la tecnología para no quedarnos apartados unos de otros.
La tecnología invisible es aquella que nos ayuda en diferentes tareas de nuestra vida pero que no sentimos, no hace falta interactuar manualmente con ella y la fricción es mínima. Lo vemos actualmente en los pagos móviles y wearables más avanzados, como camisetas, zapatillas o pulseras inteligentes. Simplemente están ahí, van con nosotros, recogen datos mediante sensores y nos transmiten una información relevante sobre la tarea realizada.
La invitada de esta semana Kate Unsworth, fundadora y CEO de la marca Vinaya, una startups que desarrolla dispositivos wearables en forma de joyas, ya sean anillos, pulseras o relojes, sin pantalla, y que mediante vibración nos envía las notificaciones de nuestro móvil. Movimientos que podremos personalizar para cada uno de nuestros contactos o redes sociales.
Puede que el camino hacia la tecnología invisible sea largo, pero los wearables terminarán siendo así; sus interfaces pasarán de imprevisto. Algo así como lo que vimos en la película Her, una de las más realistas en cuanto a lo que el futuro de los wearables se refiere. Aquí no hay luces de neón, no hay gestos ni manotazos al aire, no hay brazos robóticos ni gadgets que parecieran sacados de Star Trek. No, la película nos muestra cómo vamos a interactuar con la tecnología sin siquiera tocarla o mirarla, de una forma completamente invisible, casi natural.
Fuente: Hipertextual