«En vez de pensar un vehículo nuevo completamente eléctrico, la idea fue tomar la cultura de la conversión que existe en nuestros países y reemplazar los frenos traseros por dos motores eléctricos de manera de hacer un auto híbrido», dijo. «Creemos que muchos autos convencionales pueden sufrir este reemplazo. En vez de pasarlos a GNC, lo hacemos a este sistema,» comentó.
Valente contó cómo fue su experiencia en la universidad. «Trabajamos con un prototipo, teníamos doce días, no teníamos plata y compramos un auto barato. El armado en sí duró tres días». Aclaró, no obstante, que el proyecto tardó unos 13 días en total, ya que demandó no sólo un proceso de compra de los elementos necesarios para el ensamblado, sino también un tiempo para comprobar que efectivamente funcionaba.
«Producido masivamente se puede lograr que el kit cueste unos 2.000 dólares más impuestos y sea tan rápido de instalar como un equipo de GNC,» agregó.
En caso de lograr su objetivo, podría tratarse de un proyecto revolucionario.
Fuente: Infobae