En el escenario principal «Pyramid Stage» del Festival de Glastonbury 2016, Chris Martin, vocalista del grupo londinense, cantó con su invitado estelar Barry Gibb, el único sobreviviente del trío de hermanos (Robin y Maurice), una de las canciones más icónicas del «soundtrack» de la clásica película de la era disco «Saturday Night Fever» que inmortalizara al actor John Travolta y vendiera 45 millones de copias alrededor del orbe.
El pasado domingo en el cierre de otra edición del más famoso festival inglés, Coldplay se olvidó del rock y de inhibiciones musicales para hacer de su presentación una discoteca al aire libre, al sorprender a los miles de asistentes, que bailaron y a recordaron las pistas de baile de colores y las esferas de cristales, mientras emulaban los coros eunucos de The Bee Gees y las memorables coreografías de Travolta.
Además Coldplay tuvo otros gestos que hicieron único su cierre musical en Glastonbury, como recordar a la leyenda del boxeo Muhammed Ali y a la agrupación indie Viola Beach que falleció en un accidente automovilístico a principios de año.
Otra de las sorpresas la protagonizaron los hijos de Martin, quienes se unieron a Coldplay en el escenario: Moses, de 10 años, y Apple, de 12, que interpretaron junto a dos primos el tema «Up&Up».
Para finalizar la velada dominical, Coldplay puso a cantar al fundador e impulsor del Festival de Glastonbury, el granjero Michael Eavis, quien en compañía de Martin en el piano interpretó el tema «My Way» al más puro estilo de Frank Sinatra.
Fuente: El Universal