Y es que además de impedir el paso a todo tipo de transportes de mercancías, víveres, enseres y servicios, también han interrumpido de manera significativa la distribución de gasolinas, diésel y gas, provocando una extrema escasez de combustibles, especialmente en toda la región de la Costa, que ha resultado más afectada aún que las áreas metropolitanas de la ciudad de Oaxaca y de Salina Cruz.
Es por ello que cientos de vehículos destinados a la recolección de basura, de por sí insuficientes y sumamente deficientes en la prestación de este servicio, han reducido considerablemente su actividad o incluso la han tenido que cancelar por varios días por no contar con combustible. Así, en algunas zonas turísticas como Puerto Escondido, Mazunte, Zipolite, Puerto Ángel y Bahías de Huatulco, la acumulación de basura en algunas playas y zonas adyacentes, así como en varias calles de varios destinos turísticos, se ha convertido en un grave problema ecológico y sanitario, ante la contaminación que los residuos generan, aunado a la proliferación de fauna nociva, incluidos miles de moscos que transmiten el dengue, el Zika y la Chikungunya, enfermedades que afectan a miles de personas en todo el estado, siendo las comunidades costeñas y del Istmo de Tehuantepec las más afectadas.
El problema es generalizado en toda la región de la Costa de Oaxaca, pero la acumulación de basura es particularmente grave en los municipios de San Pedro Pochutla, Santa María Tonameca, San Pedro Mixtepec, Santa María Colotepec y en playas de Santa María Huatulco como San Agustín, cuyo servicio de limpia le corresponde al ayuntamiento, ya que las que le corresponden al Fondo Nacional de Turismo (FONATUR), al menos hasta ahora, no padecen este mismo problema.
Pero además, los bloqueos carreteros han propiciado, aunque parezca paradójico, un mayor consumo de combustible y, por ende, más emisiones contaminantes a la atmósfera, ya que cientos de miles de vehículos han tenido que realizar enormes recorridos para tratar de encontrar vías alternas. Cientos de tráileres se han quedado varados decenas de horas con el motor funcionando en las vías bloqueadas, esto para que su sistema de refrigeración siga funcionando y evitar que los productos perecederos se descompongan.
Miles más han tenido que circular hasta cuatro o cinco días por otras rutas para intentar llegar a su destino, cuando sin bloqueos carreteros lo podían hacer en 14 ó 18 horas, lo que se traduce en consumir entre 800 y 900 por ciento más combustible, en comparación con sus recorridos normales. Lo mismo ha ocurrido con camionetas o autos de empresas particulares, a los que con el argumento de que son de “trasnacionales”, aunque no lo sean, los integrantes o simpatizantes de la Sección 22 de la CNTE no les permiten el paso bajo ninguna circunstancia.
Así, las emisiones contaminantes a la atmósfera se han disparado, con el consecuente daño al aire que respiramos y la multiplicación de Gases de Efecto Invernadero, los cuales incrementan el Calentamiento Global.
Fuente: ADNSureste