Bajo el lema «Acceso a la información y a las libertades fundamentales ¡Es tu derecho!», los participantes debatirán durante dos días sobre los principios fundamentales de la libertad de prensa y rendirán un solemne homenaje a los periodistas que han perdido la vida en el ejercicio de sus funciones.
Este año la UNESCO ha elegido tres enfoques: la libertad de información como libertad fundamental y como derecho humano, su protección frente a la censura y el exceso de vigilancia, y la seguridad en el periodismo.
«En este periodo de turbulencias y cambios en todo el mundo, la necesidad de una información de calidad nunca ha sido tan importante, y esto requiere un sólido entorno en cuanto a libertad de prensa y sistemas que funcionen bien para asegurar el ejercicio por las personas de su derecho a saber», afirmó la directora general de la UNESCO, Irina Bokova.
En este sentido, Bokova resaltó la importancia del periodismo libre e independiente y de la seguridad de los periodistas en el ejercicio de su trabajo, en una época en la que un profesional de la comunicación es asesinado cada cinco días en el mundo.
Uno de los puntos álgidos de la celebración es hoy la entrega, de forma simbólica, del Premio Mundial de Libertad de Prensa Guillermo Cano a la periodista azerbaiyana Khadija Ismayilova, encarcelada en su país desde diciembre de 2014.
El Premio Mundial de Libertad de Prensa de la UNESCO, creado en 1997 y dotado con 25.000 dólares, debe su nombre al periodista colombiano Guillermo Cano Isaza, asesinado en Bogotá en 1986 frente de las oficinas del periódico que dirigía, «El Espectador».
Este galardón se entrega anualmente a una persona, organización o institución que haya realizado una contribución destacada a la promoción de la libertad de prensa en cualquier lugar del mundo, especialmente en circunstancias peligrosas.
Las celebraciones del Día Mundial de la Libertad de Prensa tienen lugar este año en Finlandia para conmemorar el 250 aniversario de la promulgación, en 1766, de la primera ley de libertad de información de la historia, redactada por el sacerdote finlandés Anders Chydenius.
Fuente: Terra