En Contexto

Trump y los republicanos

Publicado por
José Cárdenas

Brújula

Colaboración de Ana Paula Ordorica

 

 

 

El Senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham no ha escondido su disgusto por las opciones que su partido ha presentado en la contienda por la nominación hacia las elecciones presidenciales de noviembre. Dijo que tener que escoger entre Trump o Ted Cruz es como tener que escoger si se quiere morir de un balazo o por envenenamiento.

Ahora que ya queda solamente Trump como alternativa para los republicanos, muchos en el partido se encuentran frente a una disyuntiva que probablemente los marque dentro de la política de Estados Unidos por muchos años. Al estilo de decisiones como apoyar o no la guerra contra Irak, como la que tuvieron que tomar los legisladores norteamericanos en el 2003, ahora tienen que definir si apoyan abiertamente o no a Donald Trump como nominado republicano.

Algunos han salido desde hace semanas en apoyo del magnate de lengua larga e ideas cortas. Notable fue el caso del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie. Pero poco a poco se han unido más figuras importantes del partido en apoyo a Trump.

Incluyendo al presidente del partido, Reince Priebus, quien hasta antes de la primaria en Indiana parecía empeñado en el escenario de llegar a una convención abierta a Cleveland en julio y ahí elegir a un tercer candidato que ni siquiera tenía que ser uno de los 17 que arrancaron buscando la nominación del partido.

Quien todavía no da su brazo a torcer es el tercer hombre más importante del partido: el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan. Este político que fue candidato a la vicepresidencia hace cuatro años, en la campaña de Mitt Romney, y quien se rehusaba a convertirse en el sucesor de John Boehner como líder de la Cámara baja, era (y seguramente sigue siento para muchos) visto como el candidato ideal para representar a los republicanos y para enfrentarse a Hillary Clinton en noviembre.

Ryan es visto como una de las figuras más importante del futuro del partido republicano.

Pero hasta la fecha Ryan ha dicho que no está listo para apoyar a Trump como el candidato de su partido. Ambos se reunieron la semana pasada en Washington D.C pero aun después del encuentro Ryan sigue resistiéndose a apoyar abiertamente a Trump.

La razón tiene que ver justamente con que esta decisión –apoyar abiertamente a Trump o no-  va a ser algo que persiga a los republicanos en el futuro. Si Ryan, por ejemplo, quisiera buscar la presidencia en 4 u 8 años, el haber abiertamente mostrado y verbalizado apoyar a Trump tendrá efectos en este intento.

Por ello él y muchos republicanos se encuentran en la enorme disyuntiva: apoyar a Trump, con todo y su discurso de odio y división, con las consecuencias futuras en sus carreras políticas; o quedarse al margen y luego ser señalados como los culpables de la falta de unidad del partido que pueda significar cuatro años más de los demócratas en La Casa Blanca.

Todo ello enmarcado en un entorno de codependencia:  Trump necesita el apoyo de los republicanos para enfrentar la contienda nacional hacia noviembre y los integrantes del partido necesitan que su nominado sea fuerte pero que abrace los valores del partido.

Otro momento clave e interesante en esta loca contienda presidencial estadounidense.

@AnaPOrdorica

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José Cárdenas

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