Una relativa calma predominaba en la ciudad siria de Alepo tras un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia para extender en el lugar un cese de las hostilidades que se había derrumbado después de casi dos semanas de violencia entre los rebeldes y las fuerzas del gobierno.
Los medios de comunicación estatales sirios dijeron que el Ejército acataría durante 48 horas un «régimen de calma» en la ciudad, que entró en vigor este miércoles.
Pero el Ejército culpó de nuevo a insurgentes islamistas de violar el acuerdo durante la noche a través de lo que calificó como un bombardeo indiscriminado de algunas zonas residenciales controladas por el gobierno en la ciudad dividida.
El presidente Bashar al-Assad dijo que su país no aceptará menos que una victoria absoluta contra los rebeldes en la norteña ciudad de Alepo y en toda Siria, informaron medios estatales.
En un telegrama enviado al presidente ruso, Vladimir Putin, en el que agradeció a Moscú por su apoyo militar, Assad dijo que el Ejército no aceptaría menos que «alcanzar la victoria final» y «aplastar la agresión» en su lucha contra los rebeldes.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo con sede en Londres que supervisa el conflicto, dijo que al menos una persona murió en bombardeos de rebeldes durante la noche sobre el barrio de Midan, en lado de la ciudad controlado por el gobierno. Medios estatales dijeron que cohetes cayeron en el distrito de Nueva Alepo.
Un residente de la parte oriental de la ciudad, controlada por los rebeldes, dijo que aunque aviones de combate sobrevolaron Alepo durante la noche, no hubo ningún ataque intenso como los observados durante los más de 10 días de bombardeos aéreos.
En tanto, no hubo tregua en los combates en otras partes de Siria. Medios estatales dijeron que al menos seis personas murieron y decenas resultaron heridas en un pueblo rural en el este de Homs, donde operan militantes de ISIS, después de que se inmolara un atacante suicida.
Fuente: El Financiero