«Vimos similitudes entre ambos héroes. Ambos poseen un ego demasiado grande y es divertido que se lleven tan bien», afirmó en declaraciones a la agencia Baltic News Service (BNS) Dominykas Ceckauskas, copropietario del restaurante Keule Ruke de comida rápida en cuya pared luce el grafiti.
Según Ceckauskas, «estamos otra vez en una especie de Guerra Fría y Estados Unidos podría tener un presidente que querrá ser amigo de Rusia».
Por su parte, el politólogo Vytis Jurkonis señaló que este nuevo grafiti -obra del diseñador lituano Mindaugas Bonanu- podría ser una razón más para invitar a Vilna al artista ruso Dmitri Vrúbel, autor del mural del beso de tornillo entre los líderes soviético y de la Alemania comunista, realizado en 1990 en el muro de Berlín.
«El grafiti del artista ruso Vrúbel en el muro de Berlín marcó el fin de una era. Ya teníamos planes de invitarlo antes a Vilna, así que quizás este sea un argumento más para que venga», dijo a BNS.
Fuente: La Razón