Durante una misa celebrada en el Vaticano con motivo del Jubileo de los Diáconos, Francisco aseguró que «el siervo (de Dios) sabe abrir las puertas de su tiempo y de sus espacios a los que están cerca y también a los que llaman fuera de horario».
«Me sienta mal cuando veo horarios en las parroquias, ‘de esta hora a esta hora’, y después no se abre la puerta, no hay sacerdote, no hay diácono, no hay laico que reciba a la gente. Omitid los horarios», dijo ante los fieles que asistieron al evento en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
En su homilía, el papa Francisco se refirió a los diáconos para recordarles su «vocación de ministros de la caridad» y sostener que el buen diácono es aquel que es «manso de corazón» y que está disponible en todo momento para atender a los demás.
«El siervo aprende cada día a renunciar a disponer todo para sí y a disponer de sí como quiere. Si se ejercita cada mañana en dar la vida, en pensar que todos sus días no serán suyos, sino que serán para vivirlos como una entrega de sí», subrayó.
«Quien sirve no es un guardián celoso de su propio tiempo, sino más bien renuncia a ser el dueño de la propia jornada», agregó.
Fuente: TVN