La víctima de 50 años falleció en el hospital a causa de las heridas recibidas en el asalto, que se produjo a las cinco de la mañana local en la localidad de Grafing, a unos 30 kilómetros al sureste de Múnich. Otros tres hombres de 58, 43 y 55 años sufrieron heridas.
El asaltante, un hombre de 27 años de nacionalidad alemana, arremetió a puñaladas sin previo aviso contra varios hombres en un tren y en la estación interurbana de Grafing. Tras el ataque fue aprehendido por la Policía en la estación.
«El atacante profirió consignas que llevan a pensar que tenía una motivación política», señalaron las autoridades. La emisora pública Bayerischer Rundfunk citó a testigos del ataque según los cuales el asaltante gritó «Allahu Akbar» («Dios es grande»).
El ataque ocurrió en la estación de trenes de S-Bahn en Grafing, una ciudad a unos 32 kilómetros al sureste de la capital bávara, en el sur del país.
Alemania, que tiene un papel de apoyo en la lucha contra Estado Islámico, no sufrió un gran ataque de islamistas como los ocurridos en las vecinas Francia y Bélgica. Sin embargo, los servicios de seguridad alemanes están en alerta y los ministros del país advirtieron en varias ocasiones sobre la posibilidad de un ataque.
Más de 800 radicales educados en Alemania dejaron el país para unirse a grupos jihadistas en Siria e Irak , y unos 260 han retornado. Alemania también fue un país de tránsito para los autores de los ataques en Bélgica este año y de París en el 2015.
Fuente: La Nación