A cincuenta días del programa Hoy No Circula completo y copeteado, la calidad del aire en la Ciudad de México ha empeorado.
Cinco contingencias ambientales, un arrepentimiento (el de antier, cuando la Comisión Ambiental de la Megalópolis –CAMe– echó para atrás otro doble no circula), el mal humor social en aumento y una autoridad sin autoridad ni claridad, es el saldo de la emergencia ambiental.
¿El poder ya no halla qué hacer? ¿Da palos de ciego?
Qué se triplicará la verificación vehicular aún a riesgo de triplicar la corrupción; qué si las marchas deben ser de noche, a la luz de la Luna, para no contaminar pero tampoco violar el derecho a la protesta (¡!); que ponerle un sobreprecio a las gasolinas para mejorar la calidad del transporte público…
Puras untadas de queso mientras el secretario del Medio Ambiente, el titular de la CAMe, el Jefe de la CDMX y el gober del Edomex no atinen a decir de qué ha servido tanto sacrificio.
Es tal la ignorancia sobre los efectos de la restricción vehicular, que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), ocupada en medir la pobreza nacional, recomienda revisar los resultados del programa cuya eficiencia aún no se ha comprobado… ¿y medir la riqueza del pánico oficial, y la pobreza de las ideas?
La autoridad parece buena para reaccionar, no para resolver; cuando gana tiempo pierde credibilidad.
A estas alturas, nos siguen diciendo que el problemón es el exceso de vehículos. Engañan. Hay fuentes contaminantes fijas como la industria, miles de fugas de gas doméstico, vapores de gasolina, uso de solventes al aire libre y hasta los basureros a cielo abierto los cuales producen algo así como el 17% de la contaminación total, la mitad que todos los vehículos, por la generación de gas metano, que por cierto, debería usarse para generar energía eléctrica, como ocurre desde hace años, con éxito, en Sao Paulo, Brasil, Múnich, Alemania, o hasta en un desarrollo comercial de Ciudad Neza, construido por Carlos Slim hace más de un lustro.
Todo es cuestión de óptica para ver más lejos; sin miopía.
EL MONJE TÓXICO: Han transcurrido 147 días de 2016; sólo 11 jornadas hemos respirado aire limpio, los otros 136, pura porquería. Nos han recetado cinco dobles Hoy No Circula, lo cual no ocurría desde 2002. Desde que se inventó el programa han pasado 27 años. ¿De qué han servido cuando el Valle de México es un valle de lágrimas, narices tapadas, mocos y dolor de cabeza?