El grupo Estado Islámico reivindicó los ataques en las ciudades del Mediterráneo que hasta ahora habían escapado a lo peor del conflicto, y dijo que tuvieron como blanco a los partidarios del presidente Bashar al Assad.
Decenas de personas resultaron heridas en al menos cinco ataques suicidas y dos detonaciones de coches bomba, dijo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), los primeros asaltos de su tipo en Tartus, donde Rusia -aliado de Al Assad- tiene una instalación naval, y Jableh.
Medios estatales confirmaron los ataques, pero dieron una cifra inferior de fallecidos (78), y reportaron la explosión de un coche bomba y dos ataques suicidas en una estación de gasolina en Tartus.
En Jableh, una de las cuatro explosiones se produjo cerca de un hospital, informaron medios estatales y el OSDH.
Grabaciones emitidas por el canal estatal de noticias Ikhbariya de lo que dijo fue el escenario de las explosiones en Jableh mostraron varios vehículos retorcidos y calcinados.
Imágenes difundidas por usuarios de medios sociales a favor de Damasco mostraron cadáveres en la parte trasera de camionetas y partes de cuerpos carbonizados en el suelo.
Fuente: Excélsior