Medio Ambiente

¿Por qué México no puede salvar a la vaquita marina?

Publicado por
Aletia Molina

La población de vaquita marina se redujo 92% desde 1997.

Un año después la cifra se redujo 40%, de acuerdo a cifras divulgadas la semana pasada por el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva), un organismo creado en 1996 para promover su conservación.

Ese reporte no incluye las tres encontradas muertas en marzo atrapadas en redes.

Su preservación es importante por ser una especie única en el planeta y lo que ello representa para la biodiversidad, y también porque la atención que ha suscitado en México y el mundo en los últimos 20 años ha hecho que se regulen las actividades pesqueras en esa zona del Golfo de California.

Salvarla implicaría también mantener la salud del ecosistema y que los pescadores tengan un medio de vida sustentable, apunta.

Pero el panorama no es alentador. Incluso con el programa más ambicioso que Vidal haya visto en tres décadas trabajando por la conservación de la vaquita.

La vaquita, que suele medir algo más de metro y medio y tiene unos característicos círculos negros alrededor de los ojos y la boca, no está en problemas por su pesca voluntaria.

De forma accidental queda atrapada en redes agalleras o de enmalle donde muere ahogada al no poder salir a la superficie a respirar.

México lanzó el año pasado un operativo de vigilancia para evitar la pesca ilegal que afecta la conservación de la especie.

Esas redes son usadas para capturar camarón y peces como curvinas, macarelas, mantarrayas, tiburones y robalos.

También totoabas, una lucrativa especie en peligro de extinción.

Cuatro especies de mamíferos marinos se han extinguido en los últimos siglos: la vaca marina de Steller, en 1768; la foca monje del Caribe, en 1952; el lobo marino de Japón, en 1970; y el delfín chino de río, en 2006.

La vejiga natatoria del pez macho totoaba se considera en China un alimento exótico con propiedades medicinales y un kilo puede comercializarse por entre US$10.000 y US$20.000.

Un kilo de la vejiga del macho puede comercializarse por entre US$10.000 y US$20.000, lo que impulsa la pesca ilegal.

Su pesca ilegal sigue atrayendo a los pescadores mexicanos y el aumento de la demanda de la totoaba en China ha generado mayores problemas para la vaquita marina.

Ello pese a que en abril del año pasado el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció el plan más ambicioso lanzado para la conservación de la vaquita.

Incluye la prohibición de usar redes agalleras durante dos años, la compensación por US$70 millones a las comunidades pesqueras afectadas, el uso de redes en la zona que no acaben con la vida de estas marsopas y el aumento del área de protección de 126.000 a 1.300.000 hectáreas.

Sin embargo, por desacuerdos con las autoridades pesqueras todavía no se ha implementado la utilización de estas redes que permitirían a los pescadores continuar su labor sin afectar a las vaquitas.

Pese al operativo, el número de ejemplares cayó 40% en un año.

Y las tareas de vigilancia no han impedido que se siga pescando de forma ilegal en la zona.

México realiza operativos de vigilancia incluso con la Marina Armada del país pero aun así la pesca ilegal continúa.

En el operativo para proteger a la vaquita marina participan una patrulla de vigilancia oceánica con helicóptero, un avión, drones, motos acuáticas y otras embarcaciones. Por ahora no es suficiente para evitar que la vaquita marina vaya rumbo a su extinción.

Fuente: BBC

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Aletia Molina