Ambos son peruanos, escritores, polémicos, admirados por muchos y despreciados por otros tantos. Sus comentarios y opiniones, generalmente, los ponen en el centro de la crítica o los aplausos, sin embargo, cada nuevo libro es esperado con ansias. El lector desea ser nuevamente sorprendido con esas historias que obligan a no dejar la lectura para mañana, a “devorar” el libro, a terminarlo ya.
Es precisamente en esta vasta 42 Feria Internacional de Libro de Buenos Aires, que ocupa 45 mil metros cuadrados en La Rural, y que se encuentra abarrotada por cientos de stands de diferentes editoriales, donde estos notables escritores presentan sus nuevos libros. Mario Vargas Llosa, su novela Cinco esquinas y, Jaime Bayli: El niño terrible y la escritora maldita.
El viernes 6 se presentó Mario Vargas Llosa. La larga fila inició dos horas antes. La sala estuvo abarrotada de lectores ávidos por escucharlo; los aplausos interrumpieron varias veces el diálogo. Él cómodamente habla de su nueva novela. Del proceso creativo y señala tajante que “no es en absoluto un ajuste de cuentas hacia el ex presidente Alberto Fujimori”.
Fluye como pez en el agua abordando diferentes temas. Lo mismo da su opinión sobre la candidatura de Keiko Fujimori a la presidencia del Perú que sobre la prensa sensacionalista y la invasión a la privacidad, su privacidad, que se ha visto afectada desde que inició una relación con Isabel Presley. Habla también de Argentina, como un ejemplo contagioso para América Latina y del papa Francisco a quién describe como una figura simpática. Más aplausos.
Y es cuando después de casi una hora de charla franca, cuando el periodista Jorge Fernández Díazcomenta: Mario, cumpliste 80 años… Él revira: ¿Y qué? “Me siento de 58. Espero seguir vivo hasta el final y no morirme en vida. No hay que esperar la muerte. Ésta tiene que aparecer como un accidente mientras tu vida está en plena efervescencia”.
Fuente: Crónica