Barbosa Huerta dijo que el traslado del narcotraficante a Ciudad Juárez, este sábado, “ en el Altiplano, supone que ha sido cambiado de la prisión más segura, y preguntó si el delincuente preparaba ya otra fuga. Advirtió que en el tiempo que lleva preso Joaquín Guzmán Loera, el poder judicial no ha concluido los procesos penales en su contra, cuando debe ser aportante de información, sobre todo, para desmantelar el imperio del crimen que levantó.
El legislador subrayó que en esta última etapa en la cárcel, Guzmán Loera ha desplegado su poder, como se advierte en la estrategia mediática para que no sea visto como un delincuente peligroso, sino como un reo a quien hay que tenerle cuidados. Su traslado a Ciudad Juárez, dijo Barbosa, “espero que corresponda a una necesidad de seguridad pública, que el penal de Ciudad Juárez tenga mejores condiciones de seguridad que el del Altiplano que al parecer ya no lo es”. Afirmó Barbosa: “No me gusta la plaza de Ciudad Juárez para que este allá un delincuente como ‘El Chapo’ Guzmán.
Trasladarlo me provoca extrañeza y que se justifique que El Altiplano no tiene condiciones seguridad, pues entonces que se cierre y se transforme para que si las tenga”. Dijo que se informe al Congreso si esta decisión “tiene que ver con anular cualquier plan de fuga que haya sido descubierto”. En todo caso, “espero que tenga más resguardo en ciudad Juárez”. A Joaquín Guzmán Loera se le sigue en un proceso de extradición a Estados Unidos, que se inició antes de su segunda fuga, y su traslado a la fronteriza Ciudad Juárez animó versiones de que pueda ser entregado a las autoridades judiciales norteamericanas. “Parece que está en marcha la extradición –dijo Barbosa Huerta–; yo fui de los primeros que pidieron que primero se le juzgara en México, y que aportara información para desmantelar su imperio del crimen”.
Sin embargo, añadió Barbosa, “a lo largo del tiempo ya no había más noticias de ‘El Chapo’ que las correspondientes a su insomnio o a si se autorizaban visitas conyugales o no, y las relacionadas con sus elementales derechos humanos”. Se convirtió en el preso más cuidado en todos sentidos, y ha sido motivo de noticia hasta si dormía cuatro horas o seis horas; “no hay ningún dato nuevo relacionado con el desmantelamiento del imperio del crimen”. Barbosa subrayó: “Vean la capacidad de involucramiento que tiene esa gente tan poderosa, que cuenta con una estrategia mediática para que ahora ya no lo viéramos como el delincuente que requiere la mayor seguridad, no, sino como un reo no al que hay que tener cuidados”.