El autobús del Manchester United fue atacado con piedras y botellas este martes a su llegada al estadio Upton Park, al este de Londres, lo que obligó al árbitro a retrasar 45 minutos el inicio del partido frente al West Ham.
El incidente ocurrió cuando el camión de los “Diablos Rojos” tuvo que introducirse al mar de fans de los “Hammers”, que se dieron cita al último partido que su equipo en Boleyn Ground, mejor conocido como Upton Park, el estadio que albergó al West Ham desde 1904.
Desde el interior del camión, que sufrió varios desperfectos por el ataque, Jesse Lingaard, mediocampista del Manchester United, grabó los momentos tras la agresión.
Fuente: La Razón