Las instalaciones deportivas que Río de Janeiro empleará en los Juegos Olímpicos del próximo agosto han costado un 40% menos que las utilizadas en Londres 2012, «sin pérdida de calidad», ha dicho el ministro brasileño de Deportes, Ricardo Leyser.
«La diferencia es significativa», según el ministro, que a punto de celebrar el comienzo de la cuenta atrás de los 100 días para los Juegos, el próximo miércoles, asegura que lo que le preocupa «es la coordinación de todo el conjunto».
«Los asuntos mayores ya están resueltos. Ahora faltan centenares de pequeñas cosas», comentó en un encuentro con periodistas internacionales.
«Las obras están prácticamente terminadas, vamos a acometer las temporales y a ultimar los programas de seguridad, control de aduanas, sanidad…», dijo Leyser, llegado al cargo el pasado 30 de marzo pero con larga experiencia en la coordinación de los Juegos de Río, también en la preparación de los atletas brasileños.
«Nuestra intención es estar entre los 20 primeros países por numero de medallas, sin tener en cuenta su color, y en los Juegos Paralímpicos entre los cinco mejores, incluido el color», dijo respecto a los resultados previstos.
Brasil ganó 17 medallas en Londres 2012 (3-5-9) y 15 en Pekín 2008 (3-4-8).
Según datos del Ministerio, la mitad de la población de Brasil hace deporte y la otra mitad es sedentaria. Pero de la primera mitad, tres cuartas partes son hombres, una proporción derivada de lo que el ministro definió como «la monocultura deportiva del fútbol».
Los Juegos serán «un gran trampolín» para romper estos porcentajes, sobre todo gracias a la construcción de instalaciones de entrenamiento en todo el país. «Tenemos campeones en deportes que antes en Brasil ni se conocían», dijo citando la lucha, el judo o la gimnasia.
Gracias a esas inversiones, «es posible que los resultados de Brasil en Tokio 2020 sean mejor que en Río 2016», aventuró, aunque hizo una salvedad: «si se mantiene la financiación».
Tercer ministro de Deportes desde 2011, Leyser opina que el juicio político que puede desembocar en la destitución de la presidenta Dilma Rousseff afectará «prácticamente nada» a los Juegos.
«No tenemos que tomar ninguna decisión política. Los Juegos están en una fase operativa. Cualquier cambio tendría un impacto muy pequeño en los Juegos. La población está pendiente, claro, pero en cuanto llegue a Brasil la Llama Olímpica el foco va a cambiar», aseguró.
El ministro se refirió a la caída el pasado jueves de una pasarela ciclista que había sido construida con motivo de los Juegos, con un balance de dos muertos. «Se está investigando cuál es el porcentaje de accidente y cuál el de responsabilidad. Es un proyecto de ciudad, no un proyecto olímpico, pero entiendo que es difícil distinguir las percepciones».
Fuente: EcoDiario