Sólo fue una vuelta, la de instalación, la que completó Ricciardo tras la semicúpula, pero fue lo suficiente para comprobar bien como queda acoplada. Prácticamente no pasó ni una curva sin que saltará algún flash. Un seguimiento continuo que acabó tras llegar de nuevo al box para que le quitaran el Halo y pudiera rodar con normalidad. Más tarde conoceremos sus impresiones.
Fuente: Motor.as