En la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre Enervantes (UNGASS) -propuesta por México, Colombia y Guatemala-, Peña Nieto reconoció que el esquema prohibicionista, la llamada “guerra contra las drogas” no ha inhibido ni la producción, ni el tráfico ni el consumo.
La perspectiva presidencial fue delineada a través de un decálogo de propuestas presentado ante los delegados presentes en la sesión, dedicada a revisar la actual estrategia internacional contra las drogas y definir mejores soluciones.
Los primeros dos puntos refrendan “la responsabilidad común y compartida del fenómeno global (consenso internacional, cada país adapta su política nacional); y el refuerzo de la cooperación en el frente contra la delincuencia organizada trasnacional”.
Los puntos tres y cuatro, señalan la necesidad de mandatos internacionales en agencias especializadas de la ONU; y alinear las políticas de drogas a los compromisos de la Agenda 2030.
Los puntos cinco y seis plantean, por un lado, atender los daños sociales ocasionados por el mercado ilícito de drogas, buscar una prevención integral de la violencia, exclusión y debilitamiento del tejido social; y por otro, generar “respuestas integrales y equilibradas de desarrollo, salud pública y derechos humanos”.
Los puntos siete y ocho se refieren, por una parte, a tratar el consumo de drogas “como un asunto de salud pública”, sin “criminalizar” a los consumidores; y por otra, a privilegiar “la proporcionalidad de las penas y las alternativas al encarcelamiento”.
Finalmente, los últimos dos puntos plantean sumar esfuerzos internacionales por “una campaña global a niños y jóvenes”, y garantizar “mejor acceso a sustancias controladas para fines médicos y científicos”.
La UNGASS, que sesionará hasta el 21 de abril, estaba programada para 2019, fecha límite establecida en 2009 para lograr una reducción significativa o eliminar por completo la oferta y la demanda de drogas.
Fuente: Staff