Los tiempos del charolazo, las tomas de tribuna, el empleo de groserías y las llegadas al recinto con copas de alcohol encima quedaron erradicados, en teoría, al aprobarse ayer el Código de Ética para la Cámara de Diputados.
Los legisladores aprobaron reformas a su reglamento interno para incluir la obligación de cumplir con ese código.
Quien lo infrinja podría suspendérsele su dieta y recibir una amonestación. Incluso sería acreedor a la remoción temporal o definitiva de los cargos que desempeñe en comités o comisiones del Congreso.
La reforma fue avalada con 318 votos en favor, 26 en contra y 35 abstenciones.
Fuente: Excélsior