La canciller alemana, Angela Merkel, visitará este sábado junto con varios altos cargos de la Unión Europea, la frontera de Turquía y Siria con la esperanza de promover un polémico acuerdo alcanzado hace un mes para aliviar la crisis de refugiados.
El viaje a la ciudad fronteriza turca de Gaziantep, que se espera incluya una visita a un campamento de refugiados, se celebra entre dudas sobre la legalidad del acuerdo entre la UE y Turquía para empezar a deportar a inmigrantes que no obtengan asilo en Grecia.
La UE ha prometido hasta seis mil millones de dólares en ayudas para Turquía, que recibirá a los deportados, en los próximos cuatro años para mejorar las condiciones y las oportunidades para los 2.7 millones de refugiados sirios que se calcula viven en ese país.
Pero a un mes después de la firma del acuerdo, el 22 de marzo, hay pocos expertos de la UE sobre el terreno y muchos países del grupo se muestran reacios a aceptar más solicitantes de asilo.
En el horizonte se planean nuevas tensiones diplomáticas por la petición turca de que sus ciudadanos viajen a la UE sin necesidad de visado.
En un esfuerzo por persuadir a ciudadanos turcos y europeos sobre los méritos del acuerdo, Merkel, su comitiva y el primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, tienen previsto reunirse en Gaziantep, al otro lado de la frontera de las ciudades sirias de Alepo y Kobani.
Acompaña a Merkel, el presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk y el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans.
La agencia de refugiados de Naciones Unidas, grupos humanitarios y legisladores de la UE han criticado de forma rotunda el pacto con Turquía por las implicaciones legales y orales de expulsar a personas desde Grecia, un país miembro de la UE, a Turquía.
La propia Merkel se encuentra en una posición difícil, al apoyar el acuerdo al mismo tiempo que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, emplea una ley anacrónica para demandar a un cómico alemán por satirizarlo.
«Lo que Merkel tiene que traer de allí no son fotos sonrientes sino garantías sólidas de que las autoridades turcas dejarán de enviar a los refugiados de vuelta y empezarán a aplicar las leyes de asilo», demandó Amnistía Internacional.
La organización Human Rights Watch (HRW) pidió de manera urgente al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y a la canciller alemana, Angela Merkel, que visiten a los refugiados que han sido deportados de manera abusiva.
A través de un comunicado, HRW enfatizó que tras la visita a los refugiados en Turquía, los ejecutivos deben asistir al centro de detención para las personas que han sido deportadas de forma abusiva desde Grecia.
Fuente: Notimex