Las sustancias químicas tóxicas cambian drásticamente de un animal a otro, así como varía la respuesta del sujeto envenenado. Existe una prueba que mide el grado de venenosidad de un animal, la DL50 (Dosis Letal 50), que mide cuanto veneno del animal estudiado es necesario para reducir a la mitad la población de ratas de laboratorio en 24 horas. Obviamente, un humano reacciona de manera diferente a la de un conejillo de indias y a menudo la cantidad de veneno emitida por el animal resulta más determinante que la toxicidad del mismo. Por lo tanto, no es posible establecer una clasificación real, porque los factores a tener en cuenta y las variables son demasiados.
Serpientes, la imagen del peligro
En el imaginario popular, el estereotipo de animal venenoso es la serpiente. La composición de los diferentes venenos puede causar una gran variedad de síntomas y en realidad sólo alrededor del 15% de las serpientes posee un veneno peligroso para los seres humanos.
En Australia se pueden encontrar al menos dieciocho especies peligrosas para los seres humanos y es también el hogar de la serpiente con el veneno más letal de todos: el taipán del interior (Oxyuranus microlepidotus), que puede alcanzar una longitud de tres metros. Su veneno es cincuenta veces más potente que el de una cobra común y la cantidad presente en una sola mordedura es suficiente para matar a cerca de cien personas. A pesar de la potencia de su veneno, sólo atacan cuando se ven amenazadas, ya que son un poco tímidas.
El boomslang (Dispholidus typus) es la serpiente más venenosa de África. Es un animal reservado que por lo general no tiende a atacar a los humanos. Posee un veneno que contiene un anticoagulante que causa hemorragias imparables. Sin embargo, la cantidad de sustancia tóxica introducida por la mordedura en este caso es mínima.
También se merece una mención entre las serpientes la cobra escupidora de cuello negro (Naja nigricollis), más única que rara entre las serpientes venenosas, ya que tiene la capacidad de escupir su veneno desde la distancia, con un rayo de acción de aproximadamente un metro y medio. Viven en el África central y meridional.
Asesinas de ocho patas
En Australia también encontramos a la araña de espalda roja (Latrodectus hasseltii). Su veneno se compone de neurotoxinas capaces de causar graves daños al cuerpo humano, hasta conducir a la muerte si no se interviene con un antídoto. Las picaduras mortales son infligidas solamente por los ejemplares hembra, que son más grandes y sobreviven cuatro veces más que los machos.
Según el libro Guinness de los Récords, sin embargo, es la araña bananera (Phoneutria) de Brasil, Venezuela, Perú y Costa Rica, el arácnido más venenoso del mundo. Una gota de su veneno es suficiente para matar a una persona. Lo que la convierte en una amenaza real para los seres humanos, es el hecho de que le gusta esconderse dentro de las casas, en las automóviles e incluso en los zapatos. Su picadura produce una parálisis cardiorrespiratoria y en los hombres provoca una erección prolongada y dolorosa, por lo que también se conoce como araña viagra.
Ranas y escorpiones amarillos y letales
En el Centro y Sudamérica vive también la rana dardo o rana dorada (Phyllobates terribilis). Este tipo de anfibio puede ser de diferentes tonos brillantes: amarillo, azul, verde y rojo. No inyecta veneno con la boca, sino a través de la piel: simplemente tocándola puede causar la muerte por insuficiencia respiratoria, o fibrilación cardíaca. Esta rana de sólo 2,5 cm lanza pequeños dardos envenenados que pueden llegar a matar a unas diez personas a la vez. La batracotoxina presente en el anfibio es la sustancia animal más venenosa del mundo y algunos nativos la utilizan para la caza, cubriendo las flechas con este elemento tóxico.
El escorpión amarillo o escorpión amarillo palestino (Leiurus quinquestriatus) es muy agresivo y se encuentra principalmente en el Norte de África y Oriente Medio. Cada año es la causa de más del 75% de las muertes relacionadas con la picadura de escorpión, especialmente entre los niños que mueren casi de inmediato por asfixia. El Deathstalker, como se le llama en los países anglosajones, posee una neurotoxina capaz de dañar los sistemas cardiovascular y respiratorio.
Veneno bajo del mar
Al bajar a las profundidades marinas encontramos muchos ejemplos de animales muy venenosos. Uno de los más letales de todos es la así llamada avispa de mar (Chironex fleckeri). Este tipo de medusa vive en los océanos tropicales y subtropicales y ha causado la muerte de más de 5.000 personas desde 1954. Su veneno afecta irremediablemente el corazón, la piel y el sistema nervioso, llegando a poder perjudicar incluso a un grupo numeroso de nadadores en unos pocos minutos. Pese a que exista un antídoto, algunas de las personas que entran en contacto con su veneno no sobreviven.
La única sustancia conocida capaz de desactivar progresivamente las sustancias tóxicas contenidas en el veneno de las medusas es el vinagre. Por ello en las costas australianas se pueden encontrar botellines de vinagre para intervenir inmediatamente en caso de contacto.
El pez globo (Tetraodontidae), conocido también por ser considerado un plato de rey en Japón y Corea, contiene tetrodotoxina, una neurotoxina que afecta al sistema respiratorio, provocando una muerte casi instantánea. La preparación de su carne requiere una habilidad dominada por muy pocos cocineros y comerlo, para los japoneses, es un gran acto de valor.
El pulpo de anillos azules (Hapalochlaena lunulata) vive en el Océano Pacífico y puede matar con su veneno a más de 25 personas en unos pocos minutos. El animal mide sólo cinco centímetros y sus tentáculos pueden llegar a siete. La toxina que emite es la misma que la del pez globo, pero en cantidades mucho más altas.
El pez piedra (Synanceia verrugosa) está muy extendido en las aguas saladas del océano Pacífico y del Mar Rojo. Se apoya mimetizado en el fondo del mar, a unos treinta metros de profundidad, esperando a su presa, y a la que ataca con catorce espinas puestas en su lomo. Puede alcanzar una longitud máxima de 40 centímetros y su veneno es lechoso. Si no se trata inmediatamente, la picadura es mortal.
Fuente: La Vanguardia