Está demostrado que el prohibicionismo y la criminalización de los adictos a las drogas ha derivado en más violencia e incrementado el consumo de estupefacientes; la guerra contra las organizaciones del narotrafico ha dado resultados opuestos a sus fines, reconoce el Presidente de la República.
¿Cuál es entonces la solución del grave problema?
Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo, (índice ciudadano alimentado con denuncias valientes, cifras oficiales y encuestas especializadas que miden –cada trimestre– la evolución de la narco-violencia en México) toma la palabra y hace una propuesta audaz.
“El Estado debe controlar el mercado de la droga para reducir corrupción, violencia y consumo, principalmente entre la población joven.”
“La entrada decidida de las instituciones, no debe ser a través de las armas y el Ejército, de eso ya tenemos una década de fracaso comprobado.”
Ante esta realidad, Santiago Roel plantea la intervención estatal en el mercado de enervantes como una disyuntiva: controlar la industria de los estupefacientes con los instrumentos del Estado o dejarla en manos de la mafia, con todo el peligro que ello representa para la seguridad nacional; propone adaptar para México políticas públicas exitosas diseñadas por otros gobiernos con base en la realidad y no en prejuicios y tabúes… y pone dos ejemplos:
Uno, Turquía, donde el gobierno se salió del redil internacional y optó por controlar la producción de amapola, desde hace casi treinta años.
Dos, Suiza, cuyo Estado administra la heroína sin registro de muertes por sobredosis y nadie se mata por distribuir u obtener enervantes.
Santiago Roel sustenta la urgencia nacional de actuar frente al flagelo de las drogas, con argumentos duros y cifras rojas:
Entre enero y marzo de 2016, los homicidios se dispararon 15 por ciento con respecto al mismo trimestre del año pasado. De 4 mil 556 asesinatos dolosos, 2 mil 538 fueron ejecuciones vinculadas al crimen organizado; 48 de cada 100 crímenes tuvieron que ver directamente con el narcotráfico. La violencia criminal se concentra en Guerrero, Michoacán y Sinaloa, donde la intervención de las fuerzas federales no ha servido para imponer el orden y mucho menos la paz.
EL MONJE AUDAZ: ¿No cree que debemos dejar de preguntarnos si las drogas son buenas o malas y tomar decisiones rotundas y urgentes, para evitar que más niños y jóvenes sucumban como víctimas?; ¿la propuesta de Santiago Roel le parece a usted una locura?