Miles de personas estaban reunidas el domingo en el templo ubicado en Kollam, en el estado sureño de Kerala, para observar un show de pirotecnia que conmemoraba el inicio del año nuevo hindú, cuando unas chispas prendieron un paquete con fuegos artificiales guardados en el piso del templo.
El oficial de policía Anantha Krishnan dijo que cinco de los detenidos eran empleados de una fábrica de fuegos artificiales que tenía contrato para hacer el show en el templo Puttingal Devi.
El director de la unidad de fabricación resultó herido, una de las 380 personas que fueron trasladados a los hospitales del estado con quemaduras y heridas causadas por pedazos de concreto y escombros que volaron por el aire.
Kerala está repleto de templos gestionados por fideicomisos ricos y poderosos que usualmente incumplen las regulaciones locales. Cada año los templos realizan exhibiciones de fuegos artificiales, compitiendo por cuál tiene el más espectacular, con jueces que eligen a los ganadores.
Hoy, familiares de las víctimas recorrieron el templo en busca de pertenencias de sus seres queridos entre zapatos, carteras y otros artículos desparramados en una pila de escombros y un charco teñido de rojo por la sangre.
Fuente: La Jornada