La Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se enfrenta este domingo al día más tenso de su Gobierno.
En una votación histórica, el pleno de la Cámara de Diputados, presidida por Eduardo Cunha, decidirá si aprueba o rechaza la petición de juicio político contra la Mandataria por supuestos actos administrativos irregulares en el área fiscal.
Esto, después de de tres días de discusión entre los 25 partidos y de intensas negociaciones en Brasilia.
Las distintas bancadas en la Cámara de Diputados de Brasil aseguran contar con el número suficiente de integrantes para definir la votación sobre el también llamado «impeachment Rousseff».
Para aprobar la continuidad del proceso serán necesarios 67 por ciento del total de 513 legisladores, es decir, 342 votos a favor.
Luego, el dictamen deberá ser enviado al Senado, pero en caso contrario será archivado.
El representante del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), Ricardo Berzoini, sostuvo la víspera que el Gobierno ha reunido 200 posiciones contra el proceso.
Por el contrario, el diputado del opositor partido Demócratas (DEM), Mendonça Filho, afirmó contar con 370 posiciones favorables para dar continuidad al proceso de juicio político.
En caso de que el pleno de la Cámara de Diputados apruebe su continuidad, la Mandataria Rousseff seguirá en el cargo hasta que el Senado determine si acepta la denuncia en fecha a ser considerada.
Si el Senado sigue la orientación de la Cámara baja y establece continuar el procedimiento, Rousseff será apartada del cargo por 180 días, durante los cuales será ocupado de manera provisional por el Vicepresidente Michel Temer.
En tanto, miles de personas comenzaron a tomar las calles de decenas de ciudades de Brasil desde unas horas antes de que iniciara la votación.
Las primeras manifestaciones, tanto a favor como en contra de una posible destitución de Rousseff, ocurrieron en la ciudad de Belén, capital del norteño estado de Pará, donde ambos bandos sacaron a las calles a miles de personas.
Al mismo tiempo, comenzó a llenarse la Avenida Atlántica, en la playa de Copacabana, que será el corazón de las movilizaciones en Río de Janeiro y que por razones de seguridad serán hechas por la mañana por la Oposición y por la tarde por el oficialismo.
En Brasilia, miles de personas comenzaron a acercarse también a los jardines centrales de la Explanada de los Ministerios, avenida en cuyo extremo se sitúa el Congreso.
El tránsito de vehículos en esa avenida está cerrado desde la mañana del viernes y sus amplios jardines centrales fueron divididos por una enorme valla, de casi un kilómetro de longitud y dos metros de alto, que separará a los manifestantes que están a favor y en contra del impeachment.
En el lado izquierdo, mirando hacia el Congreso, se ubicarán los movimientos sociales y sindicatos favorables a Rousseff, mientras que el otro flanco será ocupado por quienes apoyan la destitución, más identificados con el centro y la derecha.
Las mayores manifestaciones, sin embargo, se esperan para esta tarde en Sao Paulo, la ciudad más poblada del país y el centro neurálgico del mundo de los negocios y las finanzas, donde también habrá concentraciones tanto a favor como en contra de Rousseff.
En la votación de hoy, que inició a las 14:00 horas tiempo local (las 12:00 en México), cada diputado tendrá diez segundos para expresar su voto frente a un micrófono colocado en el centro del plenario.
El autor de la recomendación del proceso, Jovair Arantes, tendrá la palabra durante 25 minutos antes del voto de los diputados.
Posteriormente, los representantes partidistas tomarán la palabra por un tiempo de entre 3 y 10 minutos, dependiendo del tamaño de la bancada.
Los debates en el pleno comenzaron el pasado 15 de abril por la mañana y se extendieron por 43 horas, lo que ha sido la sesión más larga en la historia del cuerpo Legislativo.