Una serie de bombardeos alcanzaron un hospital apoyado por la ONG, Médicos Sin Fronteras, (MSF) y edificios cercanos en la parte rebelde de la disputada ciudad siria de Alepo durante la noche, matando al menos a 27 personas, y el enviado de Naciones Unidas para Siria pidió ayuda el jueves a Estados Unidos y Rusia para reactivar las conversaciones de paz y un alto el fuego que «pende de un hilo».
Entre las víctimas mortales hay seis miembros del personal del hospital y tres niños. El ataque, que se produjo poco antes de la medianoche del miércoles, alcanzó un conocido hospital en el distrito rebelde de al-Sukkari, en Alepo, según activistas de la oposición y rescatistas.
El jefe negociador de la oposición siria, Mohammed Alloush, culpó al gobierno del presidente Bashar Assad de los letales ataques aéreos sobre Alepo. En declaraciones a The Associated Press dijo que los últimos actos violentos cometidos por las fuerzas gubernamentales muestran que «el ambiente no es propicio para ninguna acción política».
Syrian Civil Defense, un grupo de voluntarios de emergencias cuyos miembros se acercaron a la zona del bombardeo, elevó la cifra de fallecidos a 30 personas. Entre ellos había seis empleados del centro, incluyendo uno de los pocos pediatras que quedan en zona de la ciudad controlada por la oposición, y un dentista, apuntaron.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en gran Bretaña, en el incidente fallecieron al menos 27 personas, tres de ellas niños.
Médicos Sin Fronteras (MSF) dijo en varios tuits que también envió a través de correo electrónico a la AP que entre los fallecidos había al menos 14 pacientes y miembros del personal sanitario, y que espera que la cifra de muertos aumente.
Fuente: MVS