Rousseff, quien llegó en helicóptero a Sao Bernardo do Campo y luego viajó en automóvil hasta la casa de Lula, hizo dos apariciones públicas desde el balcón del edificio donde vive Lula, ante cientos de militantes congregados en el lugar.
La mandataria estuvo reunida durante algo más de una hora con Lula, sin embargo declinó hacer alguna declaración a la prensa.
Rousseff expresó el viernes su “más absoluta inconformidad” con la intervención de la policía para llevar a declarar al expresidente a una comisaria sobre el caso de corrupción en Petrobras.
En una alocución la víspera en el Palacio del Planalto, sede de la presidencia, Rousseff recordó que Lula “ya compareció varias veces” ante la policía cuando fue requerido, dejando entender que no era necesaria la “conducción coercitiva” (ser detenido para llevarlo a declarar) ordenada por la Justicia.
Considerado el “padre” de los programas sociales que han sacado de la pobreza a más de 30 millones de personas en Brasil durante la última década, la policía lleva meses evocando la posibilidad de que Lula se hubiera beneficiado de la trama en Petrobras.
La fiscalía sospecha que Lula habría recibido millones de reales en donaciones ilícitas de empresas constructoras.
Además el exmandatario se habría beneficiado del usufructo –sin ser titular- de dos propiedades: un apartamento de tres plantas en la localidad costera de Guarujá y una casa en la localidad de Atibaia, en Sao Paulo, según la fiscalía.
Fuente: Crónica