El Papa Francisco calificó los atentados de Bruselas como «violencia ciega», según escribió en un telegrama enviado al arzobispo de Malines-Bruselas, Jozef De Kesel.
Francisco expresó profunda solidaridad con los heridos y con sus familiares: «Se implora dones de paz para las familias afectadas y bendiciones divinas sobre los belgas», continuó en la misiva enviada a De Kesel a través del Secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.