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Los idus de marzo

Publicado por
José Cárdenas
Colaboración de Francisco Fonseca
El tema de la contaminación sigue latente, sigue aquí. Lo seguimos viviendo y respirando, ya se ha hecho parte de nuestros bronquios, bronquiolos y alveolos pulmonares. Y obviamente afecta al resto del organismo. Las autoridades han dado una tregua a los manejadores de vehículos particulares como si la principal fuente de contaminación fuesen los coches.
Esta atmósfera asquerosa y cargada de veneno estará sobre esta megalópolis hasta mediados de año, cuando empiece a caer la lluvia, primero ácida, y después beneficiosa. Pero la atmósfera lleva otro contaminante grueso: los detritus. Son residuos, generalmente sólidos, provenientes de fuentes humanas y animales y depositados indiscriminadamente en el suelo y en el agua. Son el resultado de la desintegración de los organismos y de sus partes, principalmente excreciones. En el gran valle de México, diariamente 5 millones de seres vivos, entre humanos, perros, gatos, vacas, etc., defecan al aire libre.
¿Y qué pasa? Que en esta época sin agua esas materias fecales se secan y vuelan por los cielos y se depositan en nuestras narices, alimentos, bebidas, casas, mesas, etc., infinitamente en todo. Y obviamente contaminan el sistema digestivo también. Bello ¿verdad?
¿Qué podría agregar? ¿Qué son los famosos “idus de marzo”? Antiguamente los idus, por ejemplo eran los días 13 de cada mes, excepto en marzo, mayo, julio y octubre que se celebraban el día 15. Los idus eran los días que dividían a los meses en dos partes. Estos días eran jornadas de buenas noticias, sin embargo, los caprichos de la historia hicieron que uno de esos días el emperador romano Julio César fuera asesinado en el año 44 a.C. precisamente en marzo.
El escritor griego Plutarco dijo que César fue advertido del peligro, pero no hizo caso y el idus de marzo de ese año se tiñó de sangre. Según el texto de Plutarco, “Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, llamó al vidente y riendo le dijo: “Los idus de marzo ya han llegado’; a lo que el vidente contestó compasivamente: “Sí, pero aún no han acabado”.
También es interesante destacar que en Roma los “idus de marzo” estaban dedicados al dios de la guerra Marte, el mes de Martius.
Años más tarde el propio Shakespeare haría famosa la frase “¡Cuídate de los idus de marzo!” a través de su obra Julio César, escrita en 1599, en la que recreaba la conspiración que acabó con el asesinato del mandatario.
Ahora, cientos de años más tarde, los idus vuelven a estar de moda. El 15 de marzo de 2016 volvió a decretarse la contingencia atmosférica en esta gran metrópoli. Y aún no sabemos cuándo saldremos de la burbuja contaminante. Así estaremos varios meses.
La Revelación del apóstol Juan nos habla, entrelazando sus secretos, códigos y datos cifrados, de las calamidades que azotan permanentemente a la humanidad y que no podrán ser evitadas: el hambre, la guerra, la peste y la muerte, posiblemente en ese orden consecutivo.El cuarto de estos jinetes bíblicos es la muerte, fin de todas las cosas.
Yo sé que en la Ciudad de México vivimos inmersos en una ciudad desconocida, de inseguridad, delincuencia organizada, desempleo, comercio y consumo de estupefacientes, corrupción, impunidad, etc. Pero estos flagelos afectan a muchos, pero no a todos, estrictamente hablando.
Pero la contaminación atmosférica sí afecta a todos por igual, nadie se salva; por el contrario, las autoridades y médicos sugieren que no se practique el ejercicio al aire libre, y parece que lo dijeron al revés. Somos necios. Y esta contaminación sí puede ser el cuarto jinete del apocalipsis, la muerte.
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José Cárdenas

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