Mario Vargas Llosa lleva meses de vértigo, cambio de vida sentimental, nueva novela, su entrada en la colección de La Pléiade, la celebración desde mañana de un seminario en torno a su obra con grandes de la política y la cultura y hoy, día de su 80 cumpleaños, soplará las velas ante casi 400 invitados.
Una celebración de un cumpleaños muy especial para el premio nobel, que tendrá lugar esta noche en el madrileño Hotel Villamagna con una cena a la que está prevista que acudan, además de amigos y familiares, las personalidades que participarán desde mañana en el seminario que se inaugurará en la Casa de América.
Al seminario, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad y la cátedra Mario Vargas Llosa, asistirán una decena de mandatarios iberoamericanos, y será inaugurado por el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
También estarán presentes en la cita expresidentes latinoamericanos como Andrés Pastrana (Colombia), Álvaro Uribe (Colombia), Sebastián Piñera (Chile), Luis Alberto Lacalle (Uruguay) y Luis María Sanguinetti (Uruguay) y los españoles Felipe González y José María Aznar.
Mario Vargas Llosa, un aries, signo del fuego, solía celebrar sus cumpleaños en Arequipa (Perú), su tierra natal, pero esta cifra redonda, las ocho décadas, la celebra en Madrid acompañado por Isabel Preysler, su amor, su pareja y quien parece que ha organizado el festejo, y muy posiblemente junto a uno de sus hijos, Álvaro.
Además del Nobel, Vargas Llosa posee el Cervantes, el Príncipe de Asturias, el Rómulo Gallegos, el Planeta o el Jerusalén, entre otros muchos.
La vida sentimental de Vargas Llosa ha sido intensa: tras divorciarse de su tía política Julia Urquidi en 1964, al año siguiente se casó con una prima, Patricia Llosa, con quien estuvo casado 50 años y de cuya unión nacieron Alvaro (1966), Gonzalo (1967) y Morgana (1974), hasta que se unió hace casi año a Isabel Preysler.
Una vida que también ha estado determinada por la figura de su padre, un hombre autoritario que nunca quiso que fuera escritor y al que Vargas Llosa daba por muerto, como le había hecho creer su madre, y cuya aparición en su vida, a los 10 años y tras reconciliarse con su madre, de quien se había separado antes de su nacimiento, le marcó para siempre.
Fuente: MVS