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La Secretaría del Viento

Publicado por
José Cárdenas

Cuentos políticos

Colaboración de Francisco Martín Moreno

 

 

 

A José Gutiérrez Vivó

Los chilangos, quienes de una u otra manera, nos quejamos de vivir en una ciudad que no debería llamarse Ciudad de México, sino, en todo caso, “Ciudad bache” (las calles bombardeadas de Irak son más transitables que las del antiguo DF), tenemos al menos el consuelo que entre la paralítica maraña de decenas de miles de burócratas, unos más corruptos que otros, de oficinas inútiles y de despilfarro del gasto público o de su subejercicio para oscuros fines electoreros, de pronto aparece una dependencia eficiente, aguerrida e impulsiva que protege eficientemente la vida y la salud de los ciudadanos: me refiero a la ilustre Secretaría del Viento, misma que la semana pasada, sin recurrir a referéndums, sin consultar con nadie, decidió limpiar el aire putrefacto, mefítico y hediondo de la capital de la República, para sorpresa de quienes vivimos en este valle de lágrimas que abate…

¿No es una maravilla que exista una dependencia del gobierno de la Ciudad de México que, finalmente, funcione y que los contribuyentes que la mantenemos con nuestros impuestos por fin sepamos que éstos tienen un destino eficiente como es la limpieza del medio ambiente? Estamos ante la primera promesa cumplida del jefe de Gobierno, que garantizó durante su campaña electoral la limpieza del aire de la muy noble y leal Ciudad de México. Honor a quien honor merece: me parece una auténtica genialidad la idea perfectamente bien ejecutada de haber creado esta Secretaría del Viento, que demostró la justificación de su existencia en el organigrama jurídico al haber sacado con gran determinación las partículas nocivas que atentaban en contra de la salud de la sociedad.

Gracias a dicha dependencia se reducirán las muertes por la pésima calidad del aire al bajar los límites de concentración de ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, células bacterianas que pueden producir tuberculosis pulmonar, así como esporas fúngicas de consecuencias fatales. La contaminación del aire ya no ocasionará cáncer de pulmón ni de vejiga como lo ha sentenciado la OMS. Ya no inhalaremos materia fecal, tan abundante en la “Ciudad bache”, que si fuera fosforescente podría iluminar en las noches a toda la Ciudad de México. Se acabarán las alergias, la tos, los estornudos, la irritación de los ojos, la comezón en la piel y la resequedad de las mucosas, el agotamiento físico, el enfisema pulmonar y la disminución de la capacidad de la sangre para transportar sustancias nutritivas y oxígeno. Todo eso se acabó a partir de la aparición de la Secretaría del Viento, de ahí que nadie se debe atrever a cuestionar la campaña preelectoral de Mancera por el interior del país como candidato a la Presidencia para vender el concepto de “Médico en tu casa” tan necesario en la República. Un estruendoso bravo al jefe de Gobierno. Es absolutamente justificado que ya se dedique a otras tareas… Gracias a él pudimos volver a ver el Popo…

Mancera finalmente entendió que a menos contaminación más vida y de ahí que haya decretado la afortunada creación de la Secretaría del Viento. Después de la aparición del “horario corrido” para disminuir a la mitad la circulación de los automóviles, además de la construcción masiva de estacionamientos y de líneas del Metro, sin duda alguna, Mancera está haciendo de la ciudad una entidad habitable, noble y leal… Otro sonoro bravo.

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José Cárdenas

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