El champán ya no estará presente en la Fórmula 1 a partir de este 2016. Después de décadas vertiendo su líquido burbujeante desde lo más alto, será ahora el vino espumoso de Chandon el que espere a los pilotos en el podio después de las carreras.
El pasado mes de enero se informó de que la marca de champagne Mumm, patrocinador desde hace muchos años del campeonato, abandonaría la Fórmula 1. Al final de la carrera en Melbourne el pasado domingo, fue el champán de Chandon el que esperaba a Nico Rosberg, Lewis Hamilton y Sebastian Vettel en el podio.
El único problema es que Chandon Brut es en realidad una marca de ‘chardonnay’ (vino blanco francés) y no es champán en verdad, sino tal y como lo describió McLaren, es «un vino espumoso vibrante, con un espíritu de conquista ilimitado».
La historia de la F1 y el champán se remonta a 1950, cuando después de un Gran Premio celebrado en la región francesa de Champagne, el ganador de la prueba lo celebró con una botella grande de esta bebida. Pero no fue hasta 1966, cuando en Le Mans, Jo Siffert, por accidente, sacudió la botella y pulverizó el champán sobre la gente. A partir de ese momento se convirtió en tradición.
Fuente: Car & Drive