Los jóvenes tienen una inquietud por las técnicas antiguas, porque hoy la fotografía está saturada de exactitud, de la fidelidad de lo digital, existe una dependencia que te cuesta dinero, por eso lo que hay más son imágenes que fotografías, porque las fotografías existen per se, si se va la luz, siguen estando ahí”, opina Tomás Casademunt, quien durante tres años fotografió la zona arqueológica de Teotihuacán, trabajo de 40 imágenes en blanco y negro hecho de forma artesanal que se dará a conocer en un libro editado por RM.
En las fotografías de Casademunt se podrán observar las pirámides de la zona con sobreexposiciones de luz, ya que el creador mantuvo varias tomas durante tiempos prolongados. “Por ejemplo, hice una exposición nocturna con luz de luna, una posición que mantuve durante tres meses hasta que resolví problemas técnicos, porque mi apuesta en esta serie no es diversificar y generar muchas imágenes, sino apostar por un cuadro y una vez definido, ir al fondo con él”.
Otras fotografías tienen un efecto multidimensional que el artista logró al encimar una misma imagen captada en horarios diferentes. “Es una percepción de ir más allá de la realidad, de donde hay algo extraordinario, esa era mi intención: ir más allá de lo que podemos ver. Esta serie no tienen una ambición científica, no es lógica, es una percepción personal, pero me di cuenta de paralelismos”.
Fuente: Crónica