¿Qué preservar antes: la ballena azul o la Amazonia? Ésta es una de las complejas elecciones planteadas por la organización de la X edición de La Hora del Planeta a la población de varios países iberoamericanos para concienciarla sobre el efecto del cambio climático en especies y ecosistemas autóctonos.
Esta iniciativa, impulsada por el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) dentro de las actividades del próximo 19 de marzo, se presenta este año bajo el lema «Ahora es el momento. Cambia por el clima» y busca movilizar conciencias obligando a elegir al usuario de Internet entre la posible conservación de una especie o un hábitat, ambos «impactados por el cambio climático».
Así lo explicó el ecuatoriano Julio Mario Fernández, director de comunicaciones de WWF Latinoamérica y el Caribe, para quien el reciente Acuerdo de la Cumbre del Clima de París (COP21) fue «un gran logro» pero «ahora es preciso cambiar el estilo de vida y el patrón de desarrollo de la civilización» y demostrar así que el compromiso «es real».
Fernández cree que hay que traducir «la voluntad de acción de los países, resumida en sus ‘contribuciones previstas determinadas a nivel nacional’ -conocidas como INDC-, en acciones concretas» como los programas de conservación que figuran en las webs nacionales de esta organización ecologista, donde los ciudadanos pueden expresar sus preferencias.
Además del jaguar y de la ballena azul, el resto de especies participantes son el venado de las pampas argentino, el delfín de río colombiano, el tiburón ballena y el tapir andino ecuatorianos, la mariposa monarca mexicana y el oso andino peruano.
Estos animales compiten entre sí y con ecosistemas como el bosque nativo chileno, el agua dulce colombiana, el Gran Chaco paraguayo o la misma Amazonía.
Todos estos lugares y sus principales especies están en riesgo por culpa del cambio climático, cuyas implicaciones «directas» hacen «más frágil» su supervivencia al «despojarlas» de las condiciones básicas para su existencia.
Su deterioro también afecta a las poblaciones humanas más vulnerables, porque acentúa su pobreza, repercute sobre la salud pública y precariza el acceso a los alimentos.
Más de 25 mil personas han votado ya por sus favoritos en esta iniciativa, aunque esperan «recoger muchos más votos», que se suma a los proyectos organizados durante los últimos 10 años para conmemorar La Hora del Planeta: desde los conocidos apagones de monumentos e iconos de las ciudades hasta paseos en bicicleta, acciones en restaurantes o campañas virtuales.
Fernández definió esa cita anual como una «fiesta de acciones e iniciativas positivas» de conservación y protección de los recursos naturales, además de «una llamada de atención sobre las presiones a las que sometemos a la Tierra» y se felicitó porque «cada año es más fuerte» y tiene mayor impacto mediático.
De hecho, «puede ser comparada con la celebración del año nuevo» ya que, asegura, ha ganado «un espacio relevante similar» en el calendario de las fiestas y celebraciones iberoamericanas.
El número de urbes implicadas es mayor en cada edición, hasta el punto de que no sólo se celebra ya en las capitales: Brasil lo festeja en 86 ciudades, Argentina en 13, México en 10, Bolivia en 6, Chile en 5 y Ecuador en 4.
«En nuestro caso, incluimos dos sitios considerados Patrimonio Mundial de la Unesco: Quito capital y las islas Galápagos», precisó Fernández.
La Hora del Planeta culminará el próximo sábado 19 de marzo de 19:30 a 20:30 GMT, en la que la organización invita a toda la ciudadanía, empresas y gobiernos a familiarizarse con los desafíos climáticos apagando la luz.
Fuente: El Universal