Más de 200 manifestantes de extrema derecha, que fueron dispersados por la policía con cañones de agua, interrumpieron una concentración pacífica de cientos de belgas que acudieron a la plaza de la Bourse de Bruselas para mostrar su rechazo al terrorismo tras los atentados en la capital el pasado martes.
Los agentes antidisturbios tuvieron que intervenir para ayudar a vaciar la plaza de la Bourse gradualmente tras la llegada del numeroso grupo de ultras, que gritaban «Belgian hooligans», a los que rodearon y desplazaron y, luego, utilizaron cañones de agua para disolverlos. «Estamos en nuestra casa», decían, al tiempo que aseguraban que ya han sido «demasiado tolerantes» con los extranjeros, cuando fueron increpados por ciudadanos molestos por haber interrumpido el homenaje a las 31 víctimas de los atentados.
Los hooligans se colocaron inicialmente en un lado de la gran alfombra de flores, velas, mensajes, juguetes que depositan los belgas y turistas, gritando a los manifestantes que se encontraban con banderas y pancartas encima de la escalinata desde donde fueron abucheados. Poco después, decidieron «asaltar» la escalinata y desplazar a los ciudadanos que les encararon desde el otro lado y desplazar a todos ellos, hasta que, rodeados por los antidisturbios, fueron obligados a abandonar la plaza.
Uno de los radicales respondió a un ciudadano flamenco que le dijo que no podía creer que buscaran un enfrentamiento en la Bourse que «ya hemos sido bastante tolerantes» con los extranjeros.
Fuente: Milenio