El departamento de Estado y el Pentágono ordenaron a las familias de diplomáticos y militares apostados en el sur de Turquía que abandonen el lugar por razones de seguridad.
Los dos departamentos informaron que los dependientes del personal estadounidense en el consulado de Adana, así como la base aérea de Incirlik y otros dos lugares, deben partir. La llamada «orden de partida» significa que el gobierno paga los costos de viaje.
En toda Turquía hay temores crecientes por la seguridad y se ha advertido a los viajeros estadounidenses sobre el riesgo de ataques terroristas.
Fuente: El Economista