Ese discurso es bien recibido por muchos votantes republicanos blancos, pero no por las minorías, según las encuestas. La campaña deTrump declinó realizar comentarios, pero el precandidato ha argumentado que puede ganar el voto latino, en parte porque sus empresas han empleado a miles de hispanos.
Gran parte del ala de élite del Partido Republicano apoya al senador por Florida Marco Rubio, un cubano-estadounidense de primera generación. Sin embargo, el legislador se ubica 15 puntos detrás deTrump en encuestas de Florida y podría quedar fuera de la carrera por la nominación presidencial si el empresario de Nueva York lo derrota.
Pero entre los desafíos de Rubio para ganarle a Trump figura el de atraer a las generaciones jóvenes de hispanos en Florida.
Hace una década, 64 por ciento de los votantes registrados de origen cubano se identificaban con el Partido Republicano. Esa cifra bajó ahora a 47 por ciento, según Pew Research Center, y entre los jóvenes cubanos, de 18 a 49 años, más de la mitad se identifican o se inclinan hacia los demócratas.
Esperando a Rubio en un acto el miércoles por la noche en Hialeah, Ahmed Martel, de 45 años y nacido en Cuba, fue consultado sobre qué hará si Trump resulta ser el candidato del partido para las elecciones. «No votaré», respondió Martel. «No puedo votar por él», afirmó.