Las morbosas “redes” sociales se dieron un “atracón” con el “recalentado” de la fiesta “ranchera” convocada por el Jefe Diego Fernández de Cevallos para celebrar sus 75 años.
La comilona celebrada en La Barranca, en Jerécuaro, Guanajuato, convocó a varios cientos de fieles amigos y numerosa “prole” del famoso personaje, ex candidato a la Presidencia de la República, ex diputado, ex senador y ajonjolí de todos los “moles” políticos.
En casa de Diego, en “armoniosa” pluralidad, se juntaron el hambre con las ganas de comer.
La reunión marchaba de maravilla al son del mariachi hasta que #LadyPeriscope ventiló la intimidad del convivio.
¿Xóchitl Gálvez, Delegada de la Miguel Hidalgo, se sintió gallina en corral ajeno y cacareó en público lo que fue privado?
“Fue una imprudencia –lamenta Diego– yo que culpa tengo; la señora delegada es inquietita; me molestó la ventaneada en Periscope sólo por mis amigos; lo menos que se puede esperar de una reunión sencillamente privada, no escondida, no oculta, es que se respete a todos los invitados.”
Tunda le han acomodado al abogado los tuiteros por sentar a la mesa lo mismo a Carlos Salinas de Gortari que a Felipe Calderón; al cardenal Norberto Rivera y al empresario Carlos Slim; a Porfirio Muñoz Ledo y a Ricardo Anaya; a Jorge Castañeda, Luis Carlos Ugalde, José Antonio Meade y José Calzada; al rector de la salud, José Narro junto al ex líder perredista Carlos Navarrete, reaparecido tras cuatro meses de ausencia. Sí, hubo gente famosa y poderosa, de todos colores, sabores, religiones, partidos, modos de pensar; hasta cercanísimos al mesías del “compló”.
“Soy un convencido de que México necesita entender que en la pluralidad está la riqueza donde todo mundo pueda tener ideas, principios, valores, ideologías y senderos; que cada uno respondamos de lo que hacemos y de lo que decimos, pero que no sean la discordia y el encono lo que nos separe”, explica.
“Entre los invitados estaban quienes me han acusado penalmente, por tráfico de influencias, por ser un corruptor de la justicia y otra serie de estupideces… y no pasa nada” comenta Diego a la colega Adela Micha.
“A mi casa invito a quien quiero… y va quien quiere ir. El año que entra voy a tener que quitarle el “aparatito” a la entusiasta Xóchitl”, remata el festejado.
EL MONJE INDIGESTO: La tuitocracia proclive a la suspicacia, envidiosa, rencorosa y venenosa sufre agruras y urticaria por las fiestas del poder. Si persisten las molestias, consulte a su médico.