Aunque a veces funcionan, no puede perderse de vista que en algunas ocasiones estos síntomas pueden ser señales de problemas serios que no pueden pasarse por alto. Las siguientes son diez razones por las cuales toda persona debería correr al médico.
Si estos síntomas duran más de dos días o son frecuentes, y se presentan juntos o separados, hay que consultar. Quiere decir que puede haber una irritación causada, entre otras cosas, por alergias exacerbadas por cambios de temperatura, contaminación, contacto con elementos químicos, como el cloro de las piscinas y el maquillaje, y en algunos casos el humo de cigarrillo.
Aunque puede ser consecuencia de la resequedad o la irritación, a menudo el mismo ojo libera pequeños componentes que pueden generar esa sensación, como las pestañas, los residuos periparpebrales (que se distribuyen a lo largo del párpado) e incluso restos de lágrimas secas y otras secreciones, además del polvo y la arena; equivocadamente la gente trata de frotarse los ojos, con lo cual puede acabar lesionando las frágiles estructuras del ojo. Aunque muchas veces esta sensación pasa sola, pues el ojo tiende a sacar el cuerpo extraño, es mejor consultar si se repite o si hay enrojecimiento y descamaciones.
Estas visiones que no corresponden al reflejo de objetos reales se conocen como miodesopsias. El trastorno se ha relacionado con la edad y algunos defectos, como la miopía; sin embargo, también pueden ser la manifestación de enfermedades graves, como inflamaciones dentro del ojo, hemorragias vítreas e incluso los desprendimientos parciales o completos de la retina; también se ha asociado con enfermedades como la diabetes, los posoperatorios de las cataratas y hasta con el consumo de algunos antibióticos.
Se trata de pérdidas o afectaciones repentinas de la capacidad visual, por uno o por ambos ojos; están catalogadas como una urgencia médica, debido a que puede ser la manifestación de alteraciones serias, como el papiledema, que ocurre por un aumento de la presión intracreaneana; la amaurosis fugaz, que es la pérdida momentánea de la visión por un ojo; los vasoespasmos, y el glaucoma.
Cuando hay enrojecimiento ocular, súbito o prolongado, hay que descartar la causa. Si bien es un síntoma que tiende a subvalorarse, puede ser producto de alteraciones que comprometen este órgano; cuando se acompaña de secreciones, podría ser conjuntivitis; cuando duele, puede tratarse de un glaucoma; si hay sangrado acumulado por detrás de la córnea, puede ser un hifema, por traumas.
Puede ocurrir por alteraciones alérgicas, pero esencialmente por afecciones de la piel, como dermatitis de cualquier tipo, que sumadas a las bacterias puede causar complicaciones y dar inicio a un cuadro de celulitis.
Los orzuelos ocurren, básicamente, por infecciones promovidas por el estafilococo, también por las blefaritis a largo plazo o la infección de un folículo piloso o alguna de las glándulas del párpado. Vale decir que, en general, los orzuelos tienen un pronóstico favorable, pero si después del tratamiento éstos persisten o se repiten, es necesario volver a consultar.
Este síntoma puede tener distintas causas, entre ellas las alteraciones de los músculos y los nervios de la vista; el consumo de alcohol, el cansancio, trastornos de la circulación y algunas infecciones, como la meningitis, lo mismo que las enfermedades degenerativas del sistema nervioso.
Cualquier trauma que cambie las características de la visión o los componentes estructurales del ojo, en mayor o menor grado, amerita una consulta urgente.
Si le faltan motivos: los niños menores de cinco años y los adultos mayores de 40 años que nunca han ido al oftalmólogo, tienen la imperiosa necesidad de visitar al especialista. También si hay antecedentes familiares de glaucoma, y otros problemas de la agudeza visual.
Fuente: El Tiempo