Senadoras, académicos y especialistas confrontaron posturas sobre los alcances de la regulación de la cannabis, durante la mesa de análisis sobre los “Efectos de la mariguana en la salud del consumidor y en la salud pública”.
La senadora María Elena Barrera Tapia, secretaria de la Mesa Directiva del Senado de la República,aseveró que no se puede hablar de la salud de los consumidores de la planta sin abordarlo como un asunto de implicaciones públicas, porque cualquier daño a la integridad del individuo puede generar un daño a toda la sociedad.
Expuso que el consumo de la mariguana se le relaciona con la disminución del tamaño de las neuronas, muerte celular y fragmentación del ADN en el hipocampo, con repercusiones cognitivas y conductuales.
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Además, agregó que fumarla produce 20 veces más el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, en comparación con el tabaco.
Indicó que todas las bancadas están convencidas de que se debe dar prioridad al tema, no sólo por su complejidad sino también porque no puede determinarse en parámetros judiciales y la realidad mexicana así lo exige.
En el debate, Ricardo Tapia, experto en neuropatología molecular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que se han exagerado e interpretado de manera incorrecta los datos sobre el daño que produce el consumo de la hierba.
Dijo que no hay casos que demuestren que su consumo, aún con una sobredosis, haya producido la pérdida de una vida, en contraste con el tabaco que en 2011 provocó 480 mil muertes, el alcohol 26 mil y los analgésicos 17 mil.
En tanto Gady Zabicky Sirot, psiquiatra y adictólogo de la UNAM, expresó que el clamor popular demanda liberar el uso de la planta con fines medicinales, pero también terminar con la guerra contra las drogas, que es en contra de los consumidores “porque deriva en arrestos, privación de libertad y vidas destruidas”.
En contraste Mauricio Hernández Ávila, director general del Instituto Nacional de Salud Pública, destacó que estudios científicos han demostrado los efectos negativos que el consumo de esa droga tiene sobre la salud pública, especialmente en poblaciones vulnerables.
También consideró importante monitorear la prevalencia de consumo en jóvenes y en la población vulnerable, a efecto de imponer controles y multas para mantener los objetivos en salud.
Fuente: La Razón