“¿Acaso no soy yo tu madre? ¿No estoy aquí?”, repitió el pontífice recordando las palabras de María al indígena Juan Diego, durante la homilía de la misa en la cual participaron alrededor de 20 mil personas.
Al finalizar la ceremonia, el Santo Padre ofreció una corona a la Reina del Tepeyac y pidió estar unos minutos contemplando su imagen, como lo había solicitado días antes de arribar al país.
Fuente: La Razón