El magistrado fue hallado muerto, aparentemente por causas naturales, este sábado (13.02.2016) por la mañana en su residencia privada del oeste de Texas, según el Cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos.
Scalia fue designado como magistrado del Tribunal Supremo en 1986 por el presidente Ronald Reagan y desde el inicio se definió como uno de sus integrantes con posturas más conservadoras. Su muerte ha abierto inmediatamente la carrera por su sucesión. El Tribunal Supremo de Estados Unidos está formado por nueve jueces, con cargos vitalicios, y a lo largo de la historia ha tomado decisiones cruciales, como la legalización del matrimonio homosexual en todo el país, contra la que votó Scalia, la jurisdicción sobre los presos de Guantánamo, el fin de la segregación racial en las escuelas o, más recientemente, sobre los planes climáticos de Obama.
Hasta ahora, el tribunal tenía una mayoría conservadora de jueces de cinco frente a cuatro. El presidente de Estados Unidos Barack Obama, deberá nombrar ahora sucesor. De momento, Obama se ha limitado a expresar sus «más profundas condolencias» a la familia del juez (Scania tenía 79 años, era católico, padre de nueve hijos y abuelo de 33 nietos) a través de un breve comunicado del portavoz adjunto de la Casa Blanca, Eric Schultz.
Desde la mayoría republicana del Congreso se han apresurado a decir que debería corresponder al próximo presidente decidir quién ocupará la plaza que deja vacante Scalia en el alto tribunal debería. «El pueblo americano debería tener voz en la selección de su próximo juez de la Corte Suprema de justicia… así que no debería cubrirse esta vacante hasta que tengamos un nuevo presidente», dijo el líder republicano Mitch McConnell.
Fuente: Terra