A pesar de ser su consumo un importante problema de salud pública, las drogas psicoactivas como la cocaína, el éxtasis, la mescalina, el tabaco o el cannabis ha despertado el interés de especialistas y académicos debido a su capacidad para actuar sobre el cerebro y la médula espinal y así inhibir el dolor, modificar los estados de ánimo o alterar las percepciones.
Como recoge el diario ‘The Guardian’, el científico académico Samuele Marcora, profesor de la Universidad de Kent (Reino Unido), quiere convencer al Gobierno británico y a la comunidad científica de que estas sustancias psicoactivas pueden ser beneficiosas para la salud si se aplican en dosis adecuadas y, de esta forma, luchar contra el sedentarismo generalizado entre la población.
Para ello, Marcora necesita demostrar que estos estimulantes y opioides funcionan en el organismo humano de igual manera que la cafeína, pero con mucha más potencia, reduciendo la percepción de esfuerzo y cansancio del individuo, lo que le estimula a seguir ejercitándose físicamente.
Esta idea llegó a los oídos de un pequeño grupo de inversores emprendedores de Silicon Valley, el famoso centro de innovación y desarrollo de alta tecnología de California, EE.UU., que comercia con una especie de drogas psicoactivas inteligentes conocidas como nootrópicos y cuyos componentes pueden mejorar las capacidades cognitivas.
A pesar del apoyo de Silicon Valley, los experimentos para probar las teorías de esta investigación resultan demasiado caros, por lo que necesitan convencer a grandes inversores gubernamentales e importantes compañías farmacéuticas para hacer que este proyecto se ponga en marcha.
Fuente: RT