«De acuerdo con el sistema de contabilidad que usa la Cámara de Diputados, incluyendo la reforma política de la Ciudad de México, son 696 modificaciones mediante 227 decretos de reforma los que ha tenido nuestra Carta Magna», precisó Fix-Fierro.
Dada la necesidad de darle un buen orden técnico a la Constitución, que ha quedado desfigurada, requiere una reestructuración para hacerla legible, sostuvo Valadés. En entrevista con MILENIO expresó que él no simpatiza con la idea de una nueva Carta Magna, ya que considera que la actual puede funcionar.
«De hecho, esta propuesta ya fue publicada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (IIJ-UNAM) y por el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, y participan como editores las cámaras de Diputados y Senadores. Hubo una presentación en San Lázaro, y la recepción fue muy satisfactoria; por ejemplo, el diputado César Camacho dijo que el proyecto le resultaba muy atractivo», destacó Valadés.
Indicó que lo ideal sería que para el 5 de febrero de 2017 se tuviera aprobada por el Congreso una Constitución ordenada, consolidada, publicada y puesta en vigor. Aclaró que la Constitución de 1917 sí se aplica hoy porque es positiva; pero el problema no es ese sino su actual redacción, ya que se ha vuelto un texto para expertos, cuando debe ser para los ciudadanos.
Aseguró que hay tiempo para modificarla, considerando que nuestra Carta Magna fue elaborada entre el 16 de diciembre de 1916 y el 31 de enero de 1917. Incluso el IIJ-UNAM realizó tres encuestas en una década para conocer la percepción social de la Constitución; la pregunta fue si se creía que era adecuada a las necesidades del país. El resultado habla por sí mismo: en 2001 la respuesta afirmativa era de un 46.6 por ciento, para el 2011 bajó a 27.8 por ciento y en 2015 solo alcanzó 22.2 por ciento.
Para conmemorar el aniversario número 99 de la Constitución, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm) convocó a un encuentro de análisis que se realizará hoy, donde será presentado el documento, que consta de cuatro apartados, sobre la dinámica de las reformas al texto constitucional. Allí se abordan el diagnóstico de los defectos del texto vigente; la metodología para reordenar y consolidar el nuevo texto, así como la elaboración de una ley de desarrollo constitucional, que incorpore las disposiciones de tipo reglamentario.
Revisar el desorden. Lo que han hecho los expertos en derecho constitucional, indicó Fix-Fierro, es estudiar el texto y han llegado a la conclusión de que tantas modificaciones y tantos cambios, lo han desordenado. «Muchas de las reformas han sido poco técnicas en su redacción y ubicación; lo que proponemos es revisar el texto constitucional sin cambiar el contenido, más bien reordenarlo, volver a corregir algunos errores evidentes, darle un repaso de la redacción. Proponemos que en las partes que son muy detalladas, por ejemplo cuando habla del número de minutos que tienen los partidos políticos de acceso a los tiempos de radio y televisión, se vayan a una nueva ley, que nosotros llamamos de desarrollo constitucional, donde se puedan ir modificando algunas de las normas del documento constitucional».
¿Se respeta la Constitución?
Algunas voces dicen que se incumple la Constitución, que no se respeta; la verdad es que eso es variable, aunque hay cosas que están en ella que sí se respetan: por ejemplo, las cámaras legislan de acuerdo con las normas que están en el texto constitucional, o el trabajo de la Suprema Corte de Justicia cuando revisa la constitucionalidad de la leyes. Pero es cierto que todavía hay partes que son una aspiración, por lo que tenemos que trabajar mucho para que se hagan realidad.
¿Los mexicanos la conocen?
Me parece que la gente percibe todo este número de reformas sin saber de qué se tratan, y que transmiten el mensaje de que es muy difícil conocer el contenido. Por otro lado, el texto se ha ido haciendo más extenso (el actual es tres veces más amplio que el original de 1917), y creo que eso es una dificultad, incluso para los especialistas. Aquí hay que hacer una labor de educación: desde la primaria hay que enseñarle a los niños los contenidos más importantes, como son los derechos y la organización básica de las autoridades.
Fuente: Milenio