Desde el tiempo de los antiguos egipcios y a través de los siglos, el calzado se ha diseñado para cubrir las necesidades reales o percibidas – protección, soporte, comodidad, resistencia y estilo-.
Los pies soportan las tremendas presiones de la vida diaria. El adulto promedio da alrededor de cinco mil a ocho mil pasos al día, más de 150 mil pasos en un mes y 1.5 millones de pasos al año. La mayoría de las personas toman la salud de los pies por sentado hasta que experimentan dolor, hinchazón u otro tipo de condición. Desde el deterioro de la circulación, hasta la deficiencia nutricional, todos pueden afectar la salud del pie, que en última instancia afecta su bienestar total.
Por ello, es importante determinar desde una edad temprana el tipo de calzado que protege tus pies y ayuda a la correcta postura de tu espalda para que no sufras de problemas de la misma, lesiones en rodilla, cutáneas y deformaciones. Antes de comprar un par de zapatos, puedes tomar en cuenta estos consejos generales para elegir un buen calzado y no dejarte llevar ciegamente por la moda, por los descuentos o por un flechazo a primera vista:
1.-Selecciona el zapato adecuado para la actividad que vayas a realizar, es decir, para trabajar, caminar, ir de fiesta, correr, etc…
2.-Usa calzado confeccionado en piel y que sea flexible.
3.-Aunque parezca una tontería, el zapato no debe ser grande ni pequeño. Se deberá adaptar bien al pie, y no el pie al zapato.
4.-Busca zapatos suaves y flexibles, que no sean rígidos.
5.-Evita modelos con costuras internas para evitar rozaduras.
6.-La punta del zapato no debe ser estrecha porque comprime los dedos y puede producir callos entre ellos, los llamados “ojos de pescado”. Tampoco deben de ser demasiado anchos porque no sujetan el pie.
7.-Usa calzado que no resbale.
8.-Ten varios pares de zapatos y cámbialos frecuentemente. Al final se gastará lo mismo porque le durarán más, y al no utilizar siempre los mismos zapatos no se rozarán los pies en los mismos sitios.
9.-Compra tu calzado por la tarde pues muchas veces, sobre todo en el verano, los pies se hinchan un poco al llegar el fin del día.
10.-Pruébate los dos zapatos, ya que los pies no son exactamente iguales y puede que uno te quede bien y el otro no.
Al calzarse, el zapato no debe doler ni apretar en absoluto, eso de que el zapato se amolda después al pie es falso, siempre es el pie el que termina amoldándose al zapato. Y el resultado no es otro que deformaciones como los dedos en martillo, en garra, los juanetes o las superposiciones de dedos.
Además de escoger un calzado correcto, hay que limpiarlo periódicamente y mantenerlos seco, lo que ayuda a prevenir los hongos y los problemas de sudoración excesiva y mal olor.
Es importante recordar que la salud del pie también incluye el cómo cuidas tus pies al final del día, si estiras las pantorrillas y los pies por la noche puedes ayudar a prevenir el dolor común de pies, como la inflamación y dolor en la planta del pie y en el talón. También una buena crema hidratante puede prevenir los talones secos, agrietados y los callos.
Fuente: El Sol de México