Ahora resulta que el PAN envía a la PGR una calca de aquella petición hecha por el PRD para que el Ministerio Público Federal escarbe en el pasado de cualquier aspirante a candidato a cargos de elección, para evitar más escándalos… y más “Abarcas”.
El líder blanquiazul, Ricardo Anaya acusa recibo del golpe por la mala imagen de la diputada sinaloense Lucero Guadalupe Sánchez, célebre por su oscura relación con El Chapo Guzmán.
Si los panistas solían darse golpes de pecho y baños de pureza ante el paso de alcaldes, legisladores y gobernadores del PRI y PRD vinculados con el crimen, esta vez los embarga semejante pena. Fueron ellos, y sólo ellos, los responsables de postular a la Chapodiputada; la dirigencia panista, encabezada por Gustavo Madero, palomeó a Lucero “porque no había de otra”, reconoce Cecilia Romero, ex segunda del comité maderista.
La petición del “jóven maravilla” a la PGR seguramente será rebotada.
¿Qué puede decir la PGR de cualquier candidato suspirante?; ¿revelar los antecedentes penales de cada uno?; ¿ventilar investigaciones en curso?; ¿alertar a la dirigencia partidista de la buena o mala fama del sujeto o sujeta en cuestión?
A la PGR no corresponde hacer un trabajo que es obligación de los partidos, lo contrario sería violatorio de los derechos humanos; afectaría la presunción de inocencia.
Lucero Guadalupe Sánchez no tenía antecedentes penales aunque su esposo haya muerto asesinado por un comando criminal y su hermana haya perdido la vida en otro hecho violento, aparentemente por un problema conyugal. Tales hechos no descalifican a quien finalmente resultó electa por los sinaloenses. Fueron las visitas al penal de Almoloya las que colocaron el reflector sobre su nombre, genio y figura.
El “jóven maravilla” está en líos, por eso la orden fulminante para desaforar a la diputada, y aquel legislador sinaloense blanquiazul que lo desoiga puede darse por expulsado del partido.
Ricardo Anaya sabe que el probable nexo de Lucero con el narco podría costarle muy caro en el próximo proceso electoral. Sabe también que está pendiente la selección de más candidatos sobre los cuales su partido es incapaz de garantizar una selección inmaculada.
El clamor de auxilio del PAN a la PGR no es un intento de limpiar las listas de aspirantes, sino un afán para escurrir el bulto y endilgar toda la responsabilidad al Gobierno Federal.
EL MONJE REFRANERO: “A cada capillita le llega su fiestecita”…